Miguel Ángel Muñoz es uno de los "clásicos" de nuestro Festival. Le gusta más la palabra "clásico" que la de "veterano", que le hace sentir raro. De veinticinco años de festival, probablemente ha pasado por la alfombra roja "veintidós o veintitrés", pero esta ocasión es la más especial para él, pues no llega como actor, sino como director.
Ha venido a Málaga a presentar '100 días con la tata', la película documental donde nos presenta a Luisa Calero, la hermana de su bisabuela, que le cuidó desde que era pequeño cuando sus padres no podían por asuntos laborales. Lamenta no haberla podido traer a Málaga, porque sabe que "lo iba a pasar muy bien", pero a sus 97 años es difícil "romperle las rutinas a alguien que las tiene tan sumamente marcadas".
"Ella está sana y muy feliz y contenta por lo que yo estoy viviendo, pero para ella no ha cambiado absolutamente nada. Pero sí que es cierto que vive todo con mucha ilusión", explica Miguel Ángel, emocionado, con las vistas a la bahía malagueña a sus espaldas.
Cuando ganaron el Forqué, lo vieron juntos. Un momento que jamás va a olvidar. "Fue muy bonito. Cuando llegó el premio y se lo di, lo primero que me dijo fue: "Esto pesa como un muerto". Ella lo relativiza todo", dice entre risas.
Utiliza dos palabras para definir la película: "amor y valores". En el documental se ve una historia de amor entre ambos y una actitud extraordinaria ante la vida por parte de una mujer de 97 años. Se tratan temas como la soledad o como la necesidad que tiene el cuidador de ser cuidado. El propio Miguel Ángel se muestra en sesiones de terapia reales en el documental sin ningún tipo de tapujo.
"Muestro mis terapias sin edulcorantes. Para mí es muy importante tenerlas en mi vida. Y no es algo nuevo, sino de hace mucho tiempo. Es el gimnasio de las emociones. Nos cuidamos físicamente, pero también es muy importante cuidarnos por dentro", relata Muñoz, que como director vio necesario incluir esos momentos tan íntimos y reales para que se sepa que cualquiera puede ir a terapia. Así, no se corta en reconocer que a él le viene muy bien ver las terapias de la película para recordar los mensajes que le da su terapeuta. "Nunca está de más", añade.
Llamativo es también como el propio actor reconoce cómo está trabajando el miedo a envejecer y a que la familia envejezca. "Nadie está preparado para morir y mucho menos para que muera una de las personas a las que más quieres en el mundo", dice.
A Miguel Ángel le brillan los ojos contando cómo los espectadores llaman a sus familiares cuando salen de ver el documental. "Yo no he sentido el mensaje de 'No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes' porque yo a la tata no la he perdido y la he disfrutado mucho, tuve la madurez de verlo a tiempo, pero es cierto que a la gente si le llega esa idea, yo quería que cuando acabara la película la gente tuviera ganas de tener tiempo de calidad con la gente que quiere y lo hemos conseguido", reconoce.
La tata es la persona que más le inspira, hasta el punto de rodar una película juntos. Por ello, el actor y director reivindica que deberíamos de darnos cuenta que las personas más inspiradoras de nuestra vida "pueden estar en casa, más cerca de lo que creemos".
El confinamiento
El confinamiento hizo que el proyecto cambiara totalmente de rumbo. Un filme "de ficción" acabó convirtiéndose en un documental. Miguel Ángel Muñoz ha estado trabajando durante doce años en la cinta y lleva seis rodando. "Escribí un guion de ficción que iba a empezar a rodar antes del confinamiento y, de repente, la vida nos cambió por completo. Ya no tenía sentido contar esta historia", dice.
En un principio se iba a llamar 'Tata' y, sin el confinamiento, no sabe muy bien cuándo se habría estrenado. Los 100 días los aportó el confinamiento. "No me alegro de que haya ocurrido esta desgracia, pero sí que fue un regalo pasar 100 días con ella parando", cuenta con una sonrisa.
Del rodaje, se queda con los momentos más graciosos, que son en los que la tata se pone a actuar. "Cuando hicimos el road trip dándole sorpresas hasta llegar a Mérida fue otro recuerdo precioso. Lo hemos pasado genial con ella. Pero ojo, que la tata también se enfada en algunos momentos, que tiene mucho carácter", explica riendo.
Respecto a próximos proyectos cinematográficos, el actor ha llegado muy moreno al festival "por motivos que pronto entenderéis". Muchos creían que había estado de vacaciones, pero no es así. "Por desgracia son rayos uva", lamenta. "La próxima semana conoceréis un proyecto nuevo. Ya queda nada para que se anuncie", zanja.