El Club Mediterráneo de Málaga se encuentra a las puertas de un año clave para su historia. Este centro deportivo de referencia en la ciudad está inmerso en las obras que permitirán en los próximos meses la inauguración del nuevo restaurante de Antonio Banderas. Todas las miradas están puestas para después de la Semana Santa, cuando esperan que los trabajos se vean culminados: “Comenzaron hace un mes y ahora estamos pendiente de la pérgola. No tenemos plazos fijos”, explica el responsable del grupo Tercer Acto, Pablo González, a EL ESPAÑOL de Málaga.
Una de las cuestiones que defiende González es la revitalización de dicho espacio de la ciudad, impregnando de “esplendor” un lugar que en los últimos años ha vivido una transformación importante. La marina de megayates y la futura apertura de Trocadero y del restaurante del Club Mediterráneo hacen pensar que el epicentro social del municipio puede expandirse hacia la zona este, consolidándose como “la nueva milla de oro”: “Viene a completar la oferta; el marco es incomparable, con la Bahía y a los pies de la Farola”, subraya.
Pero el nuevo establecimiento del club Mediterráneo no solo cuenta con un nuevo continente, sino que la renovación también se adentra en el contenido. De esta forma, la propuesta gastronómica va a estar basada en el producto local, aprovechando la cercanía con el mar. Esta narrativa estará presente en la carta, con predominio de los pescados y algo de marisco.
Otra cuota importante estará protagonizada por los arroces “Históricamente ha sido un lugar muy conocido por cómo cocinaban este plato”, explica González. Junto a la carne, la propuesta se completa con una oferta de vinos locales, en consonancia con el estilo del grupo, que recientemente ha sido galardonado por ser uno de los que más apuesta por los caldos locales.
La idea parte de “la calidad” en el servicio, cocina y los propios acabados, nutriendo a la sala de un carácter cosmopolita que “puede recordar” a las capitales europeas: “Ofertamos cosas que no estamos acostumbrados a ver”. Por eso, la línea a seguir estará marcada por estos aspectos: “Por concepto, puede asemejar a Doña Inés, más tradicional en el tipo de gastronomía, ya que Tercer Acto es algo más rompedor con la tendencia asiática”.
Sin embargo, no se descarta la presencia de otros "toques", como puede ser la coctelería. Este servicio se presenta como un elemento clave, especialmente pensando en las noches de verano y en la futura pérgola que irá instalada: “Se trata de elaborar fórmulas para tener una oferta dinámica”, apunta.
Así, se completa una renovación espacial y discursiva que afecta a los platos y a la propia hostelería del Club. Se busca crear un entorno referente para el visitante local y para la gente que viene a la ciudad, con la vista puesta en el turismo de eventos y congresos, elemento fundamental en Málaga: “Necesitamos espacio para ellos porque la oferta es reducida. Se puede compaginar el restaurante con la parte para eventos”.
Sobre los plazos inicialmente previstos, González subraya que “no hay prisas”: “Cuando pueda, abriré. No me gusta hacerlo de golpe, y más en un sitio tan amplio porque quiero dar un servicio adecuado. Prefiero hacer una inauguración seis meses después, cuando todo esté asentado, porque los primeros meses son de prueba-error”, afirma.
Cabe recordar que Antonio Banderas fue uno de los interesados en convertir la antigua Casa de Botes del Puerto de Málaga en un restaurante de lujo. Sin embargo, en plena pandemia de la Covid-19, él y sus socios (Pimpi y Juan Rambla) se retiraran de la puja.
En febrero del año pasado, la junta del club en funciones anunció a sus socios la suspensión del servicio de restauración. Poco a poco, han ido recuperando la actividad, estando actualmente operativo el bar de verano y el servicio a los socios.