Más de 6.000 especies diferentes de fauna y flora han sido incautadas en los últimos veinticinco años, según refleja el último informe World Wildlife Crime de la ONU, y casi todos los países del mundo tienen presencia en esta red de comercio ilegal de vida silvestre.
Para evitar que este negocio continúe, acuerdos como la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) entre estados, establece normas para prevenirlo e impedir que esta actividad ilícita ponga en grave peligro a animales y plantas. Esta autoridad controla el comercio de especies amenazadas y asegura su conservación.
En España, puerta de importaciones y exportaciones para el resto de Europa, son claves los trabajos que desarrollan unidades como el SEPRONA para velar por el cumplimiento de las disposiciones reflejadas en el CITES y centros de recuperación o de acogida temporal en los que se garantiza el bienestar de los animales decomisados hasta que un centro puede albergarlos e integrarlos en grupos ya existentes de la isma especie de forma definitiva.
Cientos y cientos de especímenes incautados en España cada año
El importante papel de nuestro país tiene en este negocio lo reflejan en las muchas cifras que entidades como la WWF presenta al respecto. Solo durante el periodo que transcurre entre 2005 y 2012, fueron incautados en España más de 14.000 especímenes CITES. Por lo tanto, son cientos y cientos las incautaciones que año tras año se realizan en España.
Solo en 2022 y según los datos facilitados por la Guardia Civil, en Andalucía fueron incautados más de 60 especímenes. Este tráfico o tenencia ilegal de especies silvestres es un problema que pone en peligro el equilibrio de los diferentes ecosistemas, con grandes riesgos para los seres vivos que cada uno de ellos alberga.
Como centro colaborador CITES, BIOPARC Fuengirola ayuda a garantizar el bienestar de muchos de los animales incautados hasta que definitivamente, las autoridades correspondientes adjudiquen un centro que los albergue.
"Durante estos más de veinte años, en BIOPARC Fuengirola hemos acogido de forma temporal a muchos ejemplares incautados por el SEPRONA y que solo recepcionamos desde esta unidad. Desde chimpancés como Julieta hasta loros o boas han pasado por nuestro parque. Algunos se han quedado, pero la mayoría son adjudicados a otros zoológicos o centros de recuperación que asume su integración", explica Jesús Recuero, director técnico, veterinario y conservador de BIOPARC Fuengirola.
Todos los ejemplares que recibe el centro de conservación malagueño proceden de las intervenciones realizadas por las autoridades pertinentes. Durante el periodo que cada animal incautado pasa en BIOPARC Fuengirola, el equipo de Veterinaria realiza las revisiones veterinarias necesarias, lo mantiene en cuarentena y por supuesto, garantiza todos los cuidados necesarios.
Chimpancés, titís, talapoines, guacamayos, boas, tortugas, yacos, loros, tamarino midas, pitones, tarántulas o varanos son algunos de los ejemplares que durante estas dos últimas décadas ha recibido BIOPARC Fuengirola.
"Como centro de acogida temporal, también coordinamos la salida de estos animales a otros centros. Una misión más dentro de las labores que, a través del convenio que tenemos con CITES, realizamos con el fin de ayudar no solo a esta entidad sino también al SEPRONA", señala Recuero.
Tortugas, uno de los animales más sencillos de comercializar ilegalmente y más comúnmente incautados
Las tortugas son animales muy sencillos de comercializar mientras mantienen un tamaño pequeño. Han sido varias las ocasiones que BIOPARC Fuengirola ha recibido a varias especies entre las que se encuentran la tortuga roja de Florida o la palustre asiática. En el caso de esta, el centro malagueño se convirtió en el hogar de algunas de ellas y aún conserva varios descendientes. Los últimos nacimientos de tortuga palustre asiática tuvieron lugar el pasado año.
"El grave problema que originan estos animales es que se comercializaban sin control ninguno, y mientras son pequeñitos, la gente los mantiene en casa, sufriendo en la mayoría de las ocasiones graves problemas de desnutrición y manejo inadecuado, y al crecer y hacerse adultos, la gente se encuentra con que, la tortuguita tan mona que habían comprado se ha convertido en una tortuga bastante grande, carnívora y casi siempre agresiva", explica Rosa Martínez, veterinaria en BIOPARC Fuengirola.
El trabajo que desarrolla BIOPARC Fuengirola para ayudar en la lucha contra el comercio ilegal de fauna y flora, es una de las acciones que se encuentran bajo el paraguas de la conservación.
Desde 2001, el parque participa en más en más de cuarenta programas de conservación de la EAZA (Asociación Europea de Zoos y Acuarios); programas coordinados con otros zoos a nivel europeo que garantizan la existencia de poblaciones controladas de especies en peligro de extinción.