La mitad de la cosecha de cultivos herbáceos de secano de invierno perdida, la siembra primaveral frenada o la escasez de pasto para alimentar al ganado que se traduce en sobrecostes inasumibles. Estos son algunos de los efectos que está sufriendo el campo malagueño por la sequía y las prolongadas olas de calor en las que la provincia lleva sumida varios años.
En concreto, según apuntan desde Aemet, son ya tres años hidrológicos extremadamente secos en Málaga. Los pluviómetros han recogido casi 200 litros menos que el año pasado, que sin llegar a ser un ciclo lluvioso contó con una buena primavera.
De hecho, las esperanzas de los agricultores estaban en este abril. "Decían que se esperaba un mes lluvioso, pero aún no ha llovido nada y a 15 días vista no hay previsión de que caiga una gota. Los embalses siguen bajando y los pozos agotándose", indica el presidente de Asaja Málaga, Baldomero Bellido.
Desde la entidad, alertan de que "la desesperada situación de sequía deja al campo malagueño en disposición de desastre".
En el secano, donde el agua es el factor limitante, la producción se ha reducido drásticamente. Según la entidad, más del 50% de la cosecha está perdida a día y la situación "empeora cada día que pasa".
La siembra primaveral va incluso peor. Muchos agricultores han descartado llevarla a cabo y los que sí lo han hecho ven perplejos cómo aún no ha nacido nada. "Hace un tiempo propio de verano. Llevamos más de una semana con temperaturas que superan los 25-30 grados y eso en esta fecha y con el terreno seco es insostenible para los cultivos", apunta Bellido.
Ocurre, por ejemplo, en el caso del almendro, cuyos frutos prendidos tienen escaso futuro. En tropical, el aguacate muestra solo flores sin presencia de hojas, lo que augura un futuro complicado, mientras que el mango tiene una baja o nula floración.
Solo los cítricos tienen una floración aceptable, aunque hasta ahora cuentan con garantía de riego y no se descartan restricciones.
Otro de los grandes perjudicados de esta situación son los ganaderos extensivos. En su caso, el pasto inexistente obliga a alimentar al ganado con pienso y, en la mayoría de las ocasiones, con agua extra, lo que conlleva unos sobrecostes inasumibles para los ganaderos.
Ante esta situación, desde Asaja Málaga demandan medidas como incrementar el porcentaje de barbecho, eximir totalmente del cumplimiento de los ecorregímenes para su cobro íntegro, reducciones y exenciones fiscales o celeridad en las actuaciones de regeneración de aguas para su aprovechamiento y la aprobación por vía de urgencia la desalación de agua para incrementar recursos.