El ascenso del Marbella FC a Segunda RFEF trajo consigo otro triunfo: su portero, Alberto Lejárraga, subió a las redes sociales varias fotos entre las que se encontraba una besando a su pareja, un gesto que sin esperarlo para los protagonistas se convirtió en una muestra de visibilidad y, sobre todo, normalidad al colectivo LGTBI en un mundo, el del fútbol, en el que no es costumbre.
Una semana después, y tras tomar consciencia de la relevancia que adquirió la imagen que no pretendía ser nada más que el reflejo de un momento feliz, Lejárraga ha dado un nuevo paso hacia delante y ha agradecido "las enormes muestras de cariño y de aprecio que hemos recibido".
Tras publicar las imágenes, el portero comenzó a recibir mensajes alegrándose de los éxitos deportivos del equipo y, poco a poco, fueron apareciendo cada vez más otros a los que le llamaban la atención la foto junto a su pareja, "un instante de alegría máxima en el momento probablemente más bonito que como futbolista he vivido en un campo de fútbol".
La fotografía, "donde nos abrazamos el uno al otro y nos besamos con todas nuestras fuerzas, parecía que se estaba convirtiendo en símbolo de algo más", explica Lejárraga en una carta compartida en sus redes sociales.
"De un momento a otro nos empezaron a llegar mensajes de personas que conocíamos, de personas que no conocíamos, de personas de mil sitios que, al parecer, se emocionaba con nosotros. Lo que para nosotros era una foto celebrando y disfrutando de un gran momento demostrándonos nuestro amor como lo hacemos cada día, se veía ahora como el de un futbolista, besando a su pareja, un chico", cuenta.
El portero, con la mayor naturalidad del mundo, asegura que lo que refleja la imagen "es nuestro día a día", aunque reconoce que al principio todo "fue más complicado": "Después de un proceso de normalización más largo del que nos hubiera gustado y que debería durar tanto como nada" ahora están viviendo sus vidas "con total naturalidad".
Y es que, tal y como defiende el futbolista, "al final va todo de que, aunque no fuera nuestra intención, se haya transmitido un mensaje de diversidad y naturalidad con cercanía y la máxima sensibilidad, siendo un tema personal y demostrando una vez más, que lo que no debiera ser noticia, todavía lo es".
"Quizá porque esos primeros pasos en el proceso de normalización del que hablamos creemos que siguen siendo demasiado largos y como nos habéis transmitido todo esto puede ayudar hacer más corto ese camino", continúa el texto.
Lejárraga deja claro en la misiva que la imagen en ningún momento quiso ser "una declaración, sino más bien una foto de celebración". "En este caso tampoco diríamos que fuera de homosexualidad, ya que nuestro beso podría encajar en otras identidades sexuales", abunda.
El texto compartido concluye subrayando los pasos dados antes por otras personas del colectivo "para avanzar hacia donde estamos hoy". "Si hoy tenemos la tranquilidad de la que disfrutamos para vivir nuestra vida es porque hubo muchas otras personas antes que pelearon para conseguir los derechos con los que hoy contamos", asegura.
En este sentido, apunta, "quizá esto sea de lo que nos podamos sentirnos orgullosos, de que nuestra foto se haya visto como un paso adelante más y quizás un apoyo para otras personas que todavía se encuentran en un momento complicado. A estos últimos, por supuesto, mucho ánimo porque los mensajes que hemos recibido creemos que son en realidad para todos nosotros".