Quien dijo que el amor dura ‘para siempre’ estaba tan equivocado como el escritor francés Frédéric Beigbeder cuando escribió su novela ‘El amor dura tres años’. La realidad, al menos en Málaga, es que dura al menos una década, se rompe de mutuo acuerdo y cada vez más a partir de los 45 años.
Así lo constatan las últimas cifras que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística y que permiten hacer un dibujo de cómo son los divorcios en la provincia. Por número, tras un incremento después de la pandemia, las rupturas se mantienen en una tendencia estable.
A lo largo de 2022, 3.122 parejas malagueñas decidieron poner punto final a su relación, 291 menos que durante el año anterior. Desde 2012, lo han hecho 39.148.
La mayoría de ellos se produjeron de mutuo acuerdo entre la pareja. Los casos acaban desembocando en un conflicto, se han ido reduciendo progresivamente a lo largo de los años: hasta 2015, seguían representando uno de cada cuatro casos; ahora, los divorcios contenciosos marcan mínimos por debajo del 20% del total.
De hecho, en la mayoría de casos presentan en común la demanda de divorcio, algo cada vez más habitual. En 2013, por ejemplo, en el 34,9% de los casos eran las mujeres quienes daban el paso de romper la relación, frente al 18% de los casos en los que lo hacían ellos y el 47% que lo hacían en común. En 2023, solo un 22% de las demandas de divorcios las fueron presentadas por una mujer y un 9,3% por un hombre.
Cada vez son más también los que se divorcian tras pasar una década o más juntos. En 2013, este tipo de pareja representaba el 58% del total de las que decidían romper su relación; este 2022, eran el 64,5%, casi siete puntos más.
Los que lo dejan entre los dos y los nueve años también son una parte importante, aunque menor. El pasado año, casi una de cada tres parejas divorciadas habían pasado ese tiempo juntos.
Los datos ilustran una especie de luna de miel que, al menos, dura dos años. Quienes se divorcian antes son una muestra nimia. En concreto, en 2022, fueron 80 de los 3.122 divorcios totales.
Esto también se refleja en la edad en la que las parejas deciden romper sus matrimonios. El INE diferencia entre las menores de 24, que representan un número simbólico (14 casos); mujeres entre 25 a 44 años y entre 45 a 64 años, que suman el 94% del total, y las de 65 y más años.
Con esta diferenciación es complicado hacer un análisis detallado, pero los datos de los últimos años vislumbran un aumento progresivo de las mujeres que se divorcian a partir de los 45. Si en 2013 representaban el 30,5%, en 2022 fueron el 46,9% del total, 16 puntos porcentuales más. En contraposición, las que deciden romper su pareja entre los 25 y los 44 han pasado del 65,8% al 47,9% en esas mismas fechas, casi 18 puntos menos.
El caso de ellos es similar, aunque destaca especialmente el número de hombres que se divorcian con 65 o más. De hecho, son el doble que mujeres, 264 frente a 148 en 2022.