I. M. Ruiz A. Rosado

Los seguidores de Pablo Alborán llevan mucho tiempo haciéndose una misma pregunta: ¿será este año, por fin, cuando su nombre brille en los Grammy Latinos? No se sabe qué ocurrirá el próximo 16 de noviembre, pero el malagueño parte con muchas papeletas para lograrlo.

Alborán, con cinco nominaciones, es el español con más opciones de unos Grammy Latinos que lideran Camilo, Karol G. y Shakira. Y, por si fuera poco, para quienes crean en señales, por primera vez los premios tendrán lugar fuera del continente americano, muy cerquita de su Málaga natal, en Sevilla.

Con estos alicientes, todo hace indicar que sí, que este 2023 podría ser el año en el que por fin Alborán abrace su primer gramófono dorado después de 23 nominaciones fallidas y entierre "la maldición del Grammy". 

Al principio, el cantante acudía a las galas, pero las últimas ediciones ha preferido verlo desde casa y, si surge, llevarse la sorpresa rodeado de su familia. Eso sí, siempre con un amuleto en la mano, tal y como desveló a Pablo Motos en El Hormiguero.

El malagueño confesó que en una ocasión fue a la ceremonia con unos calzoncillos de águila porque sintió una intuición con las aves rapaces. No hubo suerte, como tampoco ocurrió cuando acudió a la gala con una camisa porque había tenido una premonición por un color.

"Cuando no me funcionan, me busco otro. Cuando acabe este programa me van a llamar todos los terapeutas de este país para decirme que tengo un cable pelado", bromeaba el cantante.

No faltarán en la pugna otros españoles como Alejandro Sanz, Quevedo o Arde Bogotá, candidatos en dos categorías cada uno; o Rosalía, Manuel Carrasco, Vanesa Martín, Bunbury y Zahara, todos con una. También se han colado en la lista promesas del flamenco respetadas unánimemente por crítica y público como Israel Fernández y otras que han sorprendido más, como el rapero Omar Montes tras su primer escarceo con este mundo.