A sus 24 años, ha conseguido, con mucho esfuerzo y dedicación, que la estrella del panorama actual musical Saiko lleve ropa 'made in Málaga'. Se llama Nico Herrera y es el fundador de BLACKBURIAL. La marca nació en el año 2016 cuando él no era más que un estudiante de Bachillerato de Arte en un instituto de Marbella. En aquel momento, Herrera no tenía claro qué iba a ser de su futuro, solo quería que este estuviera vinculado al mundo del tatuaje. Y aunque parezca que finalmente no ha sido así, su marca y los tatuajes tienen más relación de lo que muchos puedan pensar.
Nico empezó a hacer diseños en una libreta en aquel momento, para que cuando pudiera permitirse comprar una máquina de tatuar pudiera practicar con ellos. El día llegó, y con la ayuda de un amigo, pudieron hacerse con una. Sin embargo, su entorno más cercano descubrió sus diseños y le propusieron a Nico que hiciera camisetas con ellos.
Nico se lo propuso a su madre. "Me dijo que probara con las dos cosas, con hacer camisetas y con tatuar, pero la realidad es que yo le dije que si me ponía con las dos cosas, al final no le iba a echar las mismas ganas. Pese a que ella me dijo que podía con las dos, me decidí por empezar a comprar unas camisetas para venderlas", cuenta.
Y así fue como empezó su gran aventura en el mundo de la moda. Con 60 euros que le prestó su hermano, porque en aquel momento, "no tenía ni un duro", compró unas camisetas, en sus propias palabras, "de malísima calidad", en las clásicas tiendas online de personalización de camisetas. Las vendió a los chavales de clase que se las habían encargado. "Así recuperé dinero, se lo devolví a mi hermano y comenzó todo esto. Seguí pillando camisetas, seguí dibujando, mejoramos la calidad y me abrí la página de Instagram. Todo esto sin web y sin nada, así empezamos", declara.
Nico asegura que las cosas "fueron en serio", aunque no terminara de ser consciente en aquel entonces, cuando llenaba la furgoneta de su padre con envíos. "Mi madre me decía 'Oye, esto es demasiado, ¿no?', pero no me daba cuenta. Creo que no ha sido hasta ahora cuando he reaccionado. Mis amigos me dicen que estamos llegando con BlackBurial a nivel nacional, pero también internacional. Son ellos lo que me dicen que me lo crea, que esto va para delante", asevera.
Hasta hace muy poco, trabajaba en su casa. Ahora las cosas van fenomenal y se ha podido permitir abrir una oficina en Estepona. "Creo que soy de los pocos que puede decir que a mí la pandemia me vino bien, aunque suene raro. Las compras online se impulsaron muchísimo. La gente no se movía de casa, miraban por internet, les gustaban nuestras prendas y pillaban algo", sostiene.
"Empecé sin ánimos de que esto fuese a llegar tan lejos, lo único que me motivaba era ver mis dibujos sobre una camiseta. Luego fue avanzando y ya sí lo veo como un negocio, pero al principio solo reinvertía. No sacaba beneficios, no me compraba cosas con lo que ganaba. Buscaba mejorar, tanto en calidad del producto como en conocimientos de moda, que yo no tenía ni idea", cuenta.
BLACKBURIAL significa en inglés "entierro negro". "No tiene ningún significado para mí, pero me gustaba muchísimo cómo sonaba la combinación de BLACKBURIAL, el logo con la doble B, y por eso se llama así", contesta.
Tarda unos segundos en conseguir definir su marca. "Es que es mi bebé", dice tímidamente. "Yo creo que me muero si esto no funciona, de verdad", prosigue. Nico asegura que es un cúmulo de todo lo que siente día a día, todas las conexiones basadas en sus vivencias y en las de la gente con la que se relaciona día a día.
De hecho, trata de hacer moda para todos y todas. "Todas mis prendas, tanto sudaderas como bodies, siempre son unisex. Incluso los pantalones son adaptables. Para mí la normalidad de algo no existe, y menos en la moda", asegura.
Gracias a su forma de entender la marca ha logrado vestir a Quevedo y a Saiko. También le dejó ropa en el hotel a Duki para que disfrutara de sus prendas. "Queremos seguir trabajando con influencers y artistas en el futuro. Pero tengo aún más ganas de abrir una tienda en físico en Barcelona o Madrid donde la gente pueda tocar la calidad de nuestras prendas y probársela", dice con ilusión.
Aunque es argentino de nacimiento, Málaga lo acogió cuando solo era un niño y ya siente que poco a poco, con mucho esfuerzo, su ropa va de Málaga para todo el mundo, como suele decir la artista Ana Mena. "Últimamente tenemos muchos pedidos de Francia, Italia y Estados Unidos, aunque no estamos tocando tantos esos países, queremos crecer primero en España y luego dar el paso con la ayuda de esos influencers, pero sí, ya nos están respondiendo todos esos", zanja.