La mejor manera de conocer un lugar es abandonar el camino establecido y en la Serranía de Ronda esta frase tiene si cabe más sentido. Las carreteras que a día de hoy cruzan esta comarca se construyeron al margen de los viejos caminos que antaño unían unos pueblos con otros y, gracias a ello, en la actualidad todavía pueden recorrerse y redescubrir con ellos un trocito del pasado.
Quien quiera embarcarse en esta ventura no tiene que comenzar a ciegas. El GR-141 de la Gran Senda de Málaga traza un recorrido circular que discurre por buena parte de la geografía de la serranía y cruza la mayor parte de los pequeños pueblos de zona.
Como si fuera un Camino de Santiago rondeño, esta propuesta se divide en seis etapas, cada una de ellas con una considerable distancia que invita a acabar la caminata reponiendo fuerzas en algún bar o restaurante de la zona o incluso a pernoctar en los municipios que recorre.
La segunda etapa discurre entre Jimera de Líbar y El Colmenar. Este camino lineal recorre poco más de 24 kilómetros en unas siete horas. Estos son sus puntos clave:
Km 0. Jimera de Líbar
El recorrido comienza en la MA-8307, a la salida de Jimera en dirección a Atajate. Allí se ubica el antiguo lavadero público del municipio, hoy en desuso pero bien conservado. Desde ahí, arranca el camino por la carretera hasta encontrar un desvío por el carril asfaltado de la derecha que avanza entre parcelas de olivos, almendros y campos de cultivo con una panorámica de las sierras del Parque Natural Sierra de Grazalema.
La senda discurre bajo un encinar, a veces por encima del primitivo empedrado, hasta tomar dirección al arroyo de Atajate o del Molinillo, donde se puede ver la ubicación del abandonado molino de Cecilio. El vado procura el acceso al monte público Dehesa, pero sigue el camino por la pista principal obviando los desvíos que llevan a la Cañada Real de Campo de Gibraltar.
Km 2,1. Monte Municipal Dehesa
La Dehesa es una finca propiedad del Ayuntamiento de Jimera de Líbar de 257 hectáreas donde reinan los alcornocales junto a encinas y quejigos y un sotobosque de retamas, jaras y matagallos. Ahí se extrae corcho, se cría cerdos, ganadería caprina y ovina y se cultivan pastos.
Pasados unos cientos de metros más allá, una cancela da paso a otro predio desde donde se ve hacia el suroeste algunas casas de Cortes de la Frontera esparcidas a los pies de la sierra de los Pinos. La cercanía del cauce, permite oír el rumor del Guadiaro mientras se avanza hacia el vado de Arroyo Judío.
Km 3,5. Vado de Arroyo Judío
En este punto, se encuentra una instalación ganadera de vacas retintas y, unos metros después, el cortijo de Arroyo Judío junto a un camino en bajada que no hay que tomar. Continuando al frente por la Vereda de Gaucín a Jimera de Libar se alcanza una altura desde donde apreciar el valle del Guadiaro. Cruzando el cortijo de Bernardito, reconocible por su eucalipto, se abren dos caminos: el correcto avanza al frente y sube después un poco para reencontrarse con el primero en otra angarilla.
En este punto, se abandona el término municipal de Jimera de Líbar para entrar en el de Benadalid, donde el paisaje cambia y comienza el tramo más complejo de la etapa por sus continuas bifurcaciones. El camino sigue atravesando una era rematada en un lateral por un muro de piedra hasta llegar a un vado y, poco después, pasar una portilla hasta el arroyo Alfacara.
Km 5,2. Arroyo Alfacara
Desde ahí, se avanza junto a un depósito de agua por el primitivo camino hasta que el carril cambia al hormigonado. Siguiendo la traza de la Vereda de Gaucín a Jimera de Líbar, llega al vado del arroyo de la Fuensanta, junto al señorial Cortijo Nuevo.
Ascendiendo suavemente se consigue una vista del casco urbano de Cortes de la Frontera, hasta alcanzar el cortijo de los Capitanes, donde abundan los campos de bujeo. Aquí la huella del sendero es casi imperceptible, aunque no es complicado encontrar el lugar de Siete Pilas, identificable por unos altos chopos que despuntan en la ladera. Descendiendo en paralelo al arroyo hasta vadear el cauce, se llega a la laguna Honda, una charca que desaparece en periodo estival.
Km 7,5. Laguna Honda
Desde ahí, el sendero desemboca en un punto del carril coincidente con el Cordel del Guadiaro al puerto del Espino. Avanzando a la izquierda, se encuentra un cartel informativo que confirma los 7,5 km recorridos desde Jimera y los 17,4 restantes para acabar la etapa en El Colmenar. Para seguir, se asciende por el ramal de la izquierda hasta el pago de Almargen.
La Dehesa
De este y otros predios que pasaron a la Corona tras la Reconquista se apropiaron los municipios de Benadalid y Benalauría, los cuales conformaban por aquel entonces el señorío de Benadalid bajo la jurisdicción del duque de Ferias. Tras la expulsión de los moriscos, algunos enclaves del monte fueron cedidos a repobladores para que aprovecharan el suelo, mientras las bellotas pasaron a provecho como tierras propias de los ayuntamientos. El monte fue dirigido mancomunadamente hasta 1931, aunque en la actualidad La Dehesa, aun siendo propiedad municipal, es gestionada por la Junta de Andalucía.
El camino vuelve al Cordel del Guadiaro hasta entrar en el término municipal de Benalauría por el diseminado de Siete Pilas.
Km 8,9. Siete Pilas
Desde ahí se ven las montañas malagueñas del Parque Natural Sierra de Grazalema. Tomando la salida al oeste, dejando a un lado la pista polideportiva y al otro unas casas, el camino entra en un encinar que, en algunos tramos, conserva el empedrado y los vierteaguas. El sendero de bajada se cruza con la carretera A-373 y retoma el sendero hasta dejar el PR-A 237 y alcanzar la población de la Cañada del Real Tesoro, desembocando en una pista, junto a la casa Fuente de la Pasá.
Girando a la izquierda y tras una breve subida, se encuentra el cortijo de Siete Puertas, que da paso a una amplia vega que cerca al río Guadiaro, por el límite del monte cubierto por un bosque de encinas, alcornoques y quejigos. Cruzando la Cañada Real del Campo de Gibraltar se desemboca en la Cañada Real del Llano de las Cruces.
Km 11,2. Venta del Tío Casas
Junto al paraje de la Venta del Tío Casas, se ve la casa del Cerrillo. A la derecha, el camino cruza el Guadiaro por un puente y desemboca, al frente, en una zona adehesada ocupada por vacas retintas y cerdos ibéricos. De aquí surge a la izquierda el camino de los Puertos, que dobla a la derecha y no para de subir hasta llegar al puerto.
Km 14,6. Puerto de la Fresneda
Por una cuesta empinada, se alcanza el arroyo de la Abejera, seco casi todo el año. Cuando el carril se bifurca, el camino sigue el vial menor de la derecha hacia un alargado descenso que lleva al cortijo del Conde, también llamado de las Buitreras. El sendero baja entre varias higueras por un pedregal de pasarelas y escalones tallados en la roca. Así se llega al Puente de los Alemanes.
Km 20,1. Puente de los Alemanes
Por el fondo del cañón corren las aguas del Guadiaro y, al otro lado, se abre un túnel que lleva a una empinada ladera. Tras recorrerla, toca descender para recuperar la orilla del Guadiaro. En ese trecho se puede ver el vial del tren mientras llega el Charco del Moro.
Km 21,3. Charco del Moro
Desde aquí, el camino discurre en todo momento junto al Guadiaro, contorneando la propia orilla o por la ladera de poniente. Lo más sorprendente del sendero llegará con un puente colgante que cruza la ventana 9 y la sierra del Hacho, que desemboca en la ribera del río a través de un bosque lleno.
Km 24. Central Hidroeléctrica Buitreras
La central hidroeléctrica Buitreras arrancó en 1918 y está gestionada actualmente por Endesa. Tras cruzar las abandonadas casas de los operarios, se puede salir de las instalaciones a través de una cancela y llegar a un carril asfaltado, entre grandes eucaliptos, que desembocará en El Colmenar.