Dijo John Lennon que los Beatles eran más famosos que el mismísimo Jesucristo. Sus palabras, pronunciadas con afán de literalidad pero repletas de hipérbole, provocaron una reacción en cadena en la Iglesia. Hoy en día, cinco décadas después de aquello, alguien podría atreverse a afirmar que los streamers son más famosos que John Lennon, siempre y cuando entendamos por alguien a los miles de niños que este sábado han asediado la Rosaleda para presenciar la Kings & Queens Cup Final, el evento deportivo que combina el fútbol 7 con el mundo de los creadores de contenidos en internet.
DjMariiO, Ibai, TheGreft, Gerard Romero, Rivers, IlloJuan… Saiyans FC, Aniquiladoras CF, Troncos FC… Si no le suenan estos nombres, quizá es porque han nacido antes del cambio de siglo. Pero no desesperen, no hagan como ese padre que cruzaba a mediodía la avenida de la Rosaleda diciendo en voz alta que se había traído los auriculares para desconectar de “todo esto”. ¡Lo que se perdió! Solo había que mirar las caras de ilusión de los pequeños cuando Ibai Llanos apareció.
El riesgo de caer en cierta superioridad es alto: eviten la tentación. Nunca se sabe cuándo puede volver a darse aquella situación en la que un hombre despreció la obra de Jackson Pollock, por ser demasiado simple, diciendo: “Eso lo podría haber hecho yo”. “Pues haber cogido el pincel y ahora tus cuadros valdrían 100 millones de dólares”, le respondió su acompañante.
El caso es que La Rosaleda era un hervidero desde los comienzos de la tarde gracias al proyecto que ha traído Pique a Málaga. No es la primera vez que viene a la capital de la Costa del Sol de la mano de Kosmos, la entidad organizadora de eventos como la Copa Davis (en el horizonte más inmediato ya se vislumbra la construcción un hotel de 5 estrellas en los terrenos del antiguo cine Andalucía, comprados por una empresa en la que también está el exfutbolista).
Sea como fuere, la realidad es que el ambiente que se respiraba en los aledaños era el propio de un superevento: luces, sonido, lanzamiento de camisetas con cañones… Y show en directo. La euforia llegó cuando los presidentes de los equipos aparecieron por el verde montados en un bogey con bengalas de humo que formaron una nube naranja y azul por todo el estadio.
El plato fuerte todavía no había llegado. Se descubrió la campana cuando apareció Kiko Rivera en el escenario cantando su nuevo tema, El Mambo: “Lo hacemo easy/ Lo hacemos fácil/ Lo hacemo easy/ Tú y yo lo hacemos fácil”. Quien no aprenda inglés es porque no quiere. Playback de manual, pero oye, hasta para eso hay que tener arte. Allí se agarraron todos al hijo de Pantoja para entonar a pleno pulmón el temazo del mes.
Pero él no fue quien se llevó la mayor ovación. Málaga guarda en un lugar especial de su corazón a Joaquín Sánchez. El de El Puerto de Santa María desafió al poeta Félix Grande y volvió al lugar donde fue feliz, aunque a tenor de la respuesta del respetable, fue el club Blanquiazul el que se topó con la dicha de vivir la mayor época dorada del malaguismo en Europa gracias a él y a otros muchos de los míticos.
Ver a Joaquín sentado en el mismo lugar en el que pronunció su icónico “no sé ni coger una raqueta, Hulio”... Ay, nostalgia, dicen que se llama. El héroe se volvió a enfundar las botas para pisar el césped de Martiricos y los gritos de Joaqui, Joaqui sonaron a himno triunfal. Honor y gloria.
Cuando todo estaba listo para que arrancara, Arturo Bernal (consejero de Turismo de la Junta), Francisco Salado (presidente de Diputación) y Mercedes Martín España (concejala juventud del Ayuntamiento) –representantes de las tres administraciones que han aportado cerca de 300.000 euros en materia de patrocinio entre ambas– accionaron el botón de comienzo. El balón voló por los aires y el espectáculo fluyó. Los tiempos de Los amigos de Zidane contra los amigos de Ronaldo han dado pie a nuevos formatos; ahora el deporte rey se vive en otra dimensión.