Los expertos en viajes de National Geographic han hablado y han elegido los 100 pueblos más bonitos de España. Un centenar de espacios rurales que por su encanto, por su patrimonio, por su urbanismo, alcanzan la condición de "maravillas en miniatura", siendo paradas "imprescindibles" para cualquier viajero. Y en ese amplio listado aparecen dos referencias a la provincia de Málaga:
Frigiliana
Una pequeña localidad asentada en la comarca de la Axarquía, que destaca por ser una tierra de "luz radiante y suelo fértil", que se extiende en el oriente de la provincia, entre el Mediterráneo y las sierras de Alhama, Tejeda y Almijara.
"Sus lomas están salpicadas de luminosos pueblos blancos y en ellas crecen la vid, el olivo y el almendro, junto a especies tropicales como la chirimoya, el mango y el aguacate introducidos en las últimas décadas", afirman los expertos de la revista.
En la publicación subrayan la presencia en Frigiliana de la iglesia de San Antonio, cuyo campanario es el alminar de una anterior mezquita. Habla también del Barribarto, su núcleo antiguo, que "invita a pasear por calles de paredes encaladas adornadas con tiestos de flores, mientras se descubren escalinatas, pasadizos y patios escondidos, y rincones con azulejos que narran historias y leyendas locales". "El pueblo se aferra a un cerro donde se confunden los restos de un castillo erigido en el siglo IX", apostillan.
Casares
"Este coqueto pueblo blanco malagueño es la cuna del andalucismo, pues fue el lugar de nacimiento del político, ideólogo y escritor Blas Infante en 1885", se reconoce en las primeras líneas del texto. Una pieza en la que se valoran "sus estrechas y serpenteantes cuestas centenarias", a través de las cuales se sube hasta el castillo de Casares.
"Coronando lo alto de la colina, esta fortaleza construida por los árabes en el siglo XIII fue creada como bastión defensivo del reino nazarí. Sus murallas, que delimitaban la extensión de Casares, son uno de los pocos vestigios que se conservan en pie, así como alguna torre del alcázar y dos imponentes arcos –el de la Villa y el de Arrabal–, que servían de acceso al castillo", se añade.
De su patrimonio, se menciona la iglesia de la Encarnación, "que presume de campanario de influencia mudéjar"; el templo parroquial de San Sebastián, en cuyo interior descansa la imagen de Nuestra Señora Del Rosario Del Campo (patrona de Casares), y la "pintoresca" ermita de Veracruz. Otra de las virtudes del pueblo son sus miradores.