Queda poco más de un mes para el sorteo de Navidad de la Lotería Nacional y cada vez es más frecuente ver a clientes en la puerta de las Administraciones para comprar décimos. Si va a la administración Manolita, situada en plena Alameda, debe andarse con mucho ojo porque corre el riesgo de que en lugar de tocarle la lotería pueda ser atropellado, ya que el carril bici está a solo 80 centímetros de la ventanilla del local y tanto bicicletas como patinetes pasan a una velocidad considerable.
Se puede apreciar el peligro a simple vista. El espacio habilitado entre el carril bici y esta administración es ridículo. Tanto que los clientes se suelen meter, la mayoría sin darse cuenta, dentro del propio carril bici porque éste solo está delimitado por dos líneas blancas en el suelo.
En el momento de hacer este reportaje, en apenas 10 minutos, acudieron numerosas personas a comprar lotería, de las cuales un volumen importante eran personas mayores. Los propietarios de las bicicletas, patinetes y los famosos riders de las comidas a domicilio tienen que sortearlos para no llevarse por delante a los ciudadanos. Se da además la circunstancia, y así lo ha podido comprobar este periódico, que hay conductores de estos patinetes o bicicletas que, para no chocar con los clientes, circulan fuera del carril, pudiendo así atropellar a los viandantes.
"Afortunadamente aún no ha habido ningún accidente ni ningún herido", afirma Daniel Cobos, hermano del propietario de la administración, quien muestra su preocupación por esta circunstancia. Y casi puede darse por contento porque, según relata, cuando se hizo el proyecto, la línea del carril bici estaba directamente pegada al establecimiento. Se adaptó y se tranqueó la línea 80 centímetros, una distancia claramente insuficiente. Cobos denuncia que los patinetes "circulan a una velocidad excesiva pese a estar señalizado".
"Nos dijeron del Ayuntamiento que abriéramos al público por el otro lado, algo ilógico porque sería abrir a la carretera en lugar de a la zona peatonal y, además, nos implicaría un desembolso económico enorme porque habría que cambiar todas las máquinas de sitio, hacer obras para una nueva puerta y necesitaríamos una autorización especial de Loterías, que se tramita entre tres y seis meses, y que luego lo revisa Seguridad Ciudadana porque tenemos unas medidas de seguridad específicas", resalta el lotero. "Por otra parte, nos dijeron que no abriéramos el toldo para no molestar a los ciclistas", añade
El copropietario de esta administración de Lotería considera que la obra de semipeatonalización de la Alameda ha sido positiva y hay muchas personas paseando, "pero el carril bici no se ve y puede haber accidentes. De hecho, ha habido choques entre patinetes en los que iban hasta dos y tres personas en cada uno".
Unos metros más hacia arriba, en el estanco, pasa más de lo mismo. La distancia entre la ventanilla y el carril bici es algo mayor -poco más de un metro-, pero el peligro es similar. A eso se le añade la existencia de numerosas paradas de autobús de la EMT cuyos usuarios, cuando hay colas, se tienen que meter dentro del carril bici.