Hay que colocar bien el vaso para que la cerveza caiga y repose sobre el cristal. El grifo se cierra, y la segunda tirada sirve para añadir la espuma, que debe convertirse en crema. Estos son algunos de los consejos de Marta Cassini, la encargada del restaurante Candado Beach que se ha alzado con el premio a la mejor tiradora de cañas de Andalucía. “Ha sido una grata sorpresa, no me esperaba ganar porque había bastante nivel en el concurso”, cuenta a EL ESPAÑOL de Málaga la camarera y sommelier, de 33 años, que trabaja en el mundo de la hostelería desde los 18.
Cassini compitió contra otros 700 profesionales de las ocho provincias andaluzas en esta segunda edición del Concurso de Tiraje de Cerveza de Andalucía, organizada por la aplicación de servicios para hostelería Bar Manager. “Era la primera vez que participaba, me animó uno de los comerciales. Tuvimos que grabar un vídeo sirviendo la cerveza de la manera exacta que te indica el sommelier de Cerveza Victoria para conseguir la caña perfecta”, relata.
El vídeo de la camarera malagueña “tuvo buena aceptación” y consiguió un puesto en la final del concurso, celebrado el pasado lunes en la fábrica de Cervezas Victoria de Málaga. Cassini competía con otros nueve finalistas de diferentes puntos de Andalucía. “Nunca antes me había parado a pensar cómo tiraba una cerveza, algo tan cotidiano en la profesión. En ese momento comencé a perfeccionar la técnica”, explica la ganadora del certamen, que tuvo que tirar dos cañas delante del jurado, una para cada parte de la mesa. “Estaba bastante nerviosa, siempre estamos detrás de una barra pero nunca con tanta gente mirándonos”.
El jurado analizó cuestiones como la técnica utilizada (apertura del grifo, inclinación de la copa o presión), la presencia de burbujas, las buenas prácticas durante el proceso del tiraje o la presentación de la caña en la barra. La propuesta que más les convenció fue la de la camarera malagueña, que recibió 2.000 euros de premio. “Fue un reto tirar la cerveza delante de los expertos, cada camarero está acostumbrado a su grifo", cuenta Cassini, que no descarta participar en más concursos. "Como soy sommelier, me han ofrecido entrar en certámenes de catas de vinos y degustación".
La malagueña comenzó su andadura en la hostelería con 18 años tras ser nadadora profesional. Una lesión en la rodilla le apartó de la competición, y desde entonces ha encadenado una trayectoria en el sector que la ha llevado a trabajar en otros lugares de España. "Comencé con Ramón Berzosa, un gran jefe, en Mar de Pedregalejo y Pizzería La Cantinela. Allí aprendí a trabajar y luego di el paso de irme a Formentera, de sommelier en el hotel Cala Saona. Me gustó mucho la experiencia", recuerda.
Cassini fue también la encargada de La Fonda Plata en la isla balear, y tras varios años decidió volver a Málaga. "Comencé en Candado Beach, me acogieron super bien, y luego estuve en Antonio Martín. Hace tres años que regresé a este restaurante, y aquí estoy, con mucha ilusión", cuenta la malagueña, que siente como un "privilegio" el poder vivir en su tierra.
Aunque es un sector "duro" Cassini no se plantea cambiar de profesión. "Siempre me ha llamado la atención este mundo, me gusta un buen plato, el trato con la gente y preparar los eventos en el restaurante, es muy creativo".
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