Se llama Joaquín Castizo, tiene 54 años y es de Málaga, pero durante las fiestas toma el nombre de Papá Noel o Melchor; envejece un poquito y Laponia u Oriente se convierten en su tierra natal. ¿El motivo? Llenar de ilusión a los que más lo necesitan.

Joaquín ha trabajado durante años en una empresa de animación con la que solía formar parte de cabalgatas y eventos navideños en ayuntamientos, pero hace catorce años una asociación le solicitó si podía actuar para los niños de la vecindad con el objetivo de recaudar fondos para las familias sin recursos y así poder comprar alimentos y regalos para ellas.

Aquello marcó un antes y un después en su vida. Desde entonces, Joaquín se viste de Papá Noel y Melchor para ayudar a los demás. Se organiza de dos maneras. Por un lado, en determinadas asociaciones, hospitales o asilos actúa de manera voluntaria para "sacar sonrisas" y crear momentos de felicidad, mientras que en otras asociaciones y en casas de particulares presta sus servicios mágicos con el fin de recaudar fondos y conseguir alimentos, juguetes y elementos de ortopedia.

Su labor social fue desarrollándose, en sus propias palabras, de una forma "muy natural" y en forma de cadena. "Si alguien necesitaba una cama articulada, yo ponía un mensaje en redes y alguien siempre nos contestaba", cuenta. Con el paso del tiempo, diversas asociaciones han conocido su bonito trabajo y han querido contar con él en más ocasiones, especialmente en Navidad. "Hemos conseguido de todo, siempre en función de las necesidades de las asociaciones y la lista de familias necesitadas que he ido creando", explica este malagueño solidario.

Papá Noel, en un centro comercial malagueño. Cedida

Joaquín, finalmente, dejó la animación como profesión para desempeñar el puesto de comercial, pero desde hace un año sufre un grave bache de salud que le ha hecho tener que detener su actividad profesional definitivamente ante la cantidad de citas médicas que tiene. "Hace un año me diagnosticaron un tumor en la pierna y hace muy poco di positivo en cáncer de colon y estoy a la espera de una segunda prueba... Aunque no trabajo, me paso el año ayudando en lo que puedo, me gusta", cuenta Joaquín, que además de ejercer como rey mago o Papá Noel, corta jamón y hace paellas de manera solidaria, hace caminos de Santiago dando visibilidad a asociaciones o incluso hace shows de magia para recaudar fondos.

Joaquín dispone de una agenda en Navidad, que se centra, sobre todo, en los días claves: el 24 y el 25 de diciembre y el 5 y el 6 de enero. En ella, organiza por horas citas para acudir a las viviendas de familias que contraten sus servicios para sorprender a los más pequeños de la casa. Junto a su mujer, que es toda una Mamá Noel también, acompañándole a todas partes, ambos se coordinan para conocer, antes de llegar a la casa, los gustos del menor, en qué debe mejorar este y cuáles son, por ejemplo, sus mejores amigos, o su plato de comida favorito. "Alucinan, miran a los padres sin entender cómo les conozco", cuenta con una sonrisa Castizo.

Así, reconoce que alguna persona le ha contratado para sorprender a otra familia que conoce y que está pasando por una mala racha. "No es necesario ir a Los Asperones o a La Palmilla para atender a personas que lo necesitan, como siempre nos imaginamos. En tu bloque puede vivir una madre víctima de malos tratos que está en las últimas económicamente y cuyos niños no van a tener regalos en Reyes o que casi no tiene para hacer una cena. Muchas veces lo tenemos más cerca de lo que creemos, pero no nos enteramos por vergüenza", denuncia.

Joaquín sostiene una paella solidaria. E.E.M.

Su traje de Papá Noel tiene bordados de hilos de oro y se prepara en cada actuación al detalle, cree que es algo fundamental para mantener la magia. "Respeto a todos aquellos que hacen este tipo de cosas con trajes de bajo coste. Pero es cierto que he tenido a niños sobre las rodillas que me han dicho que yo sí soy Papá Noel, no como el que vieron en un centro comercial. Yo les digo que son ayudantes míos, para repartir regalos, porque no me da tiempo a todo", comenta entre risas.

En la larga lista de asociaciones y entidades con las que colabora, están AVOI, Los Ángeles Malagueños de la Noche, Apafima, el Comedor de Santo Domingo, el comedor Yo soy tú, la Ciudad de los Niños, Asociación Mercader, la asociación contra el alzhéimer y un largo etcétera. "El año pasado recaudé 432 euros en donativos, doscientos kilos de alimentos, diverso material de deporte, dos camas articuladas, tres sillas de ruedas, ocho andadores, fue muchísimo", dice.

"Lo que son sillas, camas y andadores, los repartimos en función de las peticiones que tenemos. Los juguetes, normalmente, van a asociaciones infantiles, a la Ciudad de los Niños o a la lista de personas necesitadas con la que cuento o a las casas que algunos vecinos me indican de personas en necesidad precaria. El efectivo se invierte, mayoritariamente, en alimentación y lo llevamos a comedores sociales o hacemos bolsas que repartimos a distintas familias nosotros mismos", relata.

Los problemas de salud de Joaquín le han hecho que necesite aún más ayudar a todo el mundo. "Hoy en día no hago nada que no sea solidario. Esto a mí me da la vida. No sé cuánto me quedará aquí, pero a mí me llena muchísimo la cara de las personas a las que sorprendo. El día 3 o 4 voy a cinco asilos de Churriana. La cara de los abuelitos es inexplicable. No te puedes imaginar. Los abuelitos, siempre lo digo, viven el final de la vida con la misma ilusión del principio, cuando eran niños, con la misma capacidad de sorpresa", zanja.

¿Quieres que Joaquín sorprenda a alguien?

Aunque Papá Noel ya no tiene fechas disponibles --tiene que volver pronto a Laponia a preparar las Navidades de 2024--, Melchor puede aún añadir algunas citas a su agenda. Los días 4, 5 y 6 quedan algunas horas disponibles. Si quieres más información, puedes contactar con él por Facebook, Joaquín Castizo del Río; por WhatsApp, +34 664 77 89 48 o por e-mail, jcastizo@yahoo.es.