El malagueño que ha podido vivir el Grand Prix desde dentro: "He cumplido el sueño de mucha gente"
Pese a que las ciudades como Málaga no pueden participar, el joven ha formado parte de una edición especial fuera de la competición que el programa ha creado con millenials.
8 julio, 2024 05:00Noticias relacionadas
Este lunes comienza el Grand Prix, el programa de la infancia de toda una generación. Miles de niños veían desde el sofá y en familia cómo concursantes completaban pruebas que ya son historia de la televisión, como la de los troncos locos, los bolos o las manitas. Pese a llevar más de veinte años sin emitirse, el pasado verano RTVE decidió retomar el formato, que hoy arranca la segunda temporada de esta nueva era.
No hay ni un niño español nacido entre el 1980 y el 2000 que no haya soñado con formar parte del equipo azul o el equipo amarillo, con pegarse golpes en alguna de las pruebas o con conocer a Ramón García, su actual presentador. Sin embargo, no es fácil participar en este mítico programa por sus normas, solo pueblos con población muy reducida pueden vivir esta experiencia.
Sin embargo, el protagonista de este reportaje, Sergio, de 35 años y nacido en Málaga capital, es la excepción gracias a una edición especial que ha grabado el programa. También tuvo como compañera a otra joven malagueña llamada Vanessa. Según explica Sergio en conversación telefónica con EL ESPAÑOL de Málaga, desde hace tiempo sigue a un perfil de Instagram llamado Nostalgia Milenial.
La persona que está tras la cuenta, totalmente anónima, suele compartir posts relacionados con los 80 y los 90. "Habitualmente comparte imágenes de juegos y películas de la época. Sin embargo, cuando volvió el Grand Prix, en ese perfil plantearon la posibilidad de presentarnos un grupo de seguidores como un pueblo digital que se llamara Villa Millenial", cuenta Sergio.
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Cuando se abrieron los formularios para registrar a los pueblos, le plantearon a la productora la opción de presentarse como 'pueblo digital' a través de una carta. "Se le dio mucho movimiento, se hizo viral y al final les llegó. Sin embargo, como siempre participaban pueblos con criterios muy específicos, nos dijeron que no era posible", declara.
Se vinieron abajo cuando salió la lista oficial y vieron que no estaban y tiraron la toalla. Pero la tristeza duró poco. Al programa le había parecido una propuesta de lo más atractiva y, finalmente, les invitaron a participar en un programa especial, externo a la competición de los pueblos que aparecen esta temporada.
"A ellos les venía genial también, porque así pudieron probar algunas pruebas nuevas, entraron en la dinámica del rodaje... Lo vi como una toma de contacto para ellos. Lo grabamos el pasado 10 de mayo. Ha sido todo muy rápido", explica el joven, que es médico especialista en enfermedades infecciosas en Barcelona.
Sergio llegó a formar parte del programa gracias a un casting que hizo el usuario Nostalgia Millenial, quien pidió a los seguidores que estuvieran interesados en ir que les enviaran vídeos de presentación. Aunque no es un hombre con mucho tiempo, Sergio se animó a enviarle uno, pues le hacía ilusión vivir la experiencia después de verlo tantos años junto a su hermano y el resto de su familia cuando apenas era un crío.
"Y me eligió. Creo que me lo dijo un domingo y nos íbamos a grabar el viernes. Una locura. Pero mereció la pena", confiesa Sergio. El programa dividió Villa Millenial en Villa Millenial de Arriba y Villa Millenial de Abajo. "Estuvimos todo el día, al final se tarda mucho más que cuando lo ves por la televisión. Entre vestuario y todo, tardabas con cada prueba 40 minutos o una hora. Montar, desmontar, explicar, rodar, limpiar... Me he dado cuenta de lo difícil que es hacer televisión", asegura Sergio.
Si tiene que quedarse con algo de la experiencia, Sergio cree que lo mejor fue entrar al plató y trasladarse a su infancia. "Éramos tanta gente compartiendo la misma ilusión... Fue muy chulo, todo estaba montado e impresionaba mucho. E insisto, también me impactó que detrás de dos o tres horas de programa hay mucho trabajo que no vemos para que disfrutemos", explica.
En su caso, formó parte del equipo amarillo y realizó la prueba de los pingüipatos. "Se me dio fatal, la verdad, no llegué ni a la mitad de la pista porque había otro equipo que te tiraba pelotas para desequilibrarte", dice Sergio con honestidad. Desde casa, cree que se ve todo más sencillo que cuando uno llega a la cinta con unos pies de pingüino gigantescos. Cree que también lo divertid del programa es "pegarte cuantos más porrazos, mejor".
En cuanto a Ramón García, el presentador no moderó su programa al no ser una edición oficial, pero sí que tuvo el detalle de recibirles para saludarles. Después de tantos años viéndolo en pantalla, todos alucinaron viéndole en persona. "Es un presentador mítico", dice.
Si tuviera que repetir, lo haría. Se quedó con las ganas de probar otras pruebas como los troncos locos. "Ojalá permitan que nos presentemos en el oficial para competir con otros pueblos, es una experiencia muy divertida que no voy a olvidar porque es el sueño de mucha gente", zanja.