Loli y su nieto, Jordi, en diferentes vídeos.

Loli y su nieto, Jordi, en diferentes vídeos. Cedidas

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Loli, la abuela malagueña de 77 años que arrasa en TikTok corriendo con su nieto: "Estar parada no va conmigo"

La mujer, nacida en Nerja y afincada en Barcelona, triunfa en TikTok con sus vídeos de deporte junto a Jordi, de 22 años, donde juntos rompen estereotipos sobre la edad.

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Las redes sociales están llenas de trends, esos vídeos que se hacen virales con la coreografía de moda o el reto del momento, pero entre tanto contenido vacío, en ocasiones, también hacen acto de presencia historias bonitas que van mucho más allá y transmiten mensajes importantes, como la importancia de cuidar a la familia y hacer deporte para mantenerse sano. Es el caso de la cuenta @elnietoylaloli, encabezada por Loli, una abuela malagueña de 77 años afincada en Barcelona que comparte en esta red social los entrenamientos deportivas que realiza a diario junto a su nieto Jordi, de 22, que pese a la diferencia de edad es su más fiel compañero en el sufrimiento deportivo.

"No tengo acento andaluz, pero yo nací en Nerja", dice orgullosa Loli, cuya familia emigró a Cataluña en busca de trabajo como muchas otras familias malagueñas cuando ella solo tenía siete años. "Mi padre era albañil y aquí había más oportunidades", recuerda. Ha sido en Barcelona donde ha crecido y ha demostrado que, como consta en el dicho, ella vale "para un roto, pero también para un descosido".

Se formó como peluquera, abrió su propio negocio y después puso una tienda de muebles ya que su marido se dedicaba precisamente al sector, vendiendo muebles a las tiendas. Allí llegó cansada ya de la peluquería y permaneció en el establecimiento durante diez años, hasta que se jubiló a los 52 años y alquiló la tienda. "Además de ello, tuve dos hijos que ya tienen 50 y 54 años y que me han dado cinco nietos que me vuelven loca. Uno de ellos Jordi", dice, orgullosa de la familia que ha formado.

Pero ojo, que ella no es de las que entiende la jubilación como una etapa para desconectar y sentarse en el sofá todo lo que ha podido, al revés. "Si siempre he sido activa, entendí que ahora que no trabajaba más aún. Siempre he estado muy activa y haría muchas cosas más, aunque mis hijos a veces me digan eso de 'mamá, ya está bien'", confiesa entre risas la mujer.

Jordi relata orgulloso que se ha criado bajo el ala de su abuela, quien desde pequeño siempre le llevó a jugar al fútbol, al tenis o simplemente a echar unas carreras. Todo ello mucho antes de que las redes sociales llegaran a ser uno de los pilares de nuestra sociedad. Con solo la ternura con la que hablan sobre ellos, se ve que son uña y carne.

Precisamente esa relación tan estrecha es la que provocó que decidieran compartir en redes sociales su rutina de entrenamiento con los demás, apunta Loli, sobre todo para concienciar a los mayores, igual a través de sus nietos. "Si alguien ve nuestros vídeos y se anima a hacer lo mismo con su abuelo o abuela, por nosotros genial", dicen ambos con una sonrisa. 

En los vídeos se aprecia cómo Jordi va poniendo objetivos a su abuela. Ese es su método de trabajo. "Si un día corremos seis kilómetros, al otro día intentamos hacer ocho", cuentan ambos, que ven los entrenamientos como una escalera en la que cada día suben un escalón. 

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"Estar parada no va conmigo", insiste Loli, que a sus 77 años no solo corre, sino que hace flexiones e incluso monta en bicicleta y juega al tenis. Y si su nieto no puede un día, no hay excusa para levantarse del sofá. Esa constancia cree que es la que le ha permitido estar tan bien pese al paso de la edad. "Mis amigas se cansan y yo voy a mi ritmo", añade.

Pero ojo, que tan importante es el deporte como la alimentación. "Ella come bien, no es que mire la dieta al milímetro, pero compra buena comida, saludable", comenta Jordi, quien cree que tampoco es bueno obsesionarse. Loli, entre risas, reconoce que algún capricho siempre cae: "Un croissant pequeñito con chocolate por la tarde con un cafelito siempre apetece". Para la cena, apuesta por algo ligero: quesito fresco, unas rodajitas de fruta y poco más que una manzanilla para ir a la cama a descansar bien.

Juntos siempre buscan progresar, por eso ahora tienen en mente un objetivo de mayor nivel: el Camino de Santiago, que le apetece mucho a Loli. La idea es recorrer unos 20 o 25 kilómetros diarios durante una semana, aunque aún están decidiendo qué ruta escoger. "No pienso parar, hasta que me vaya... ¡y espero que tarde mucho en irme!", añade entre risas, sin miedo a la muerte.

Pero si ella es inspiración para sus amigas, él lo es también entre sus colegas. "Muchos amigos míos quieren salir con nosotros a entrenar cuando ven los vídeos", apunta el joven. Y no es para menos, si ya tener una abuela es un regalo, si está sana y fuerte como Loli, más aún. Lo que el deporte une, que nada lo separe.