Es sabido que en Madrid viven muchas personas que no son lugareñas: muchos españoles "provincianos" van a vivir a la capital en busca de "más oportunidades laborales" o para estudiar, además de las tantas personas extranjeras que han emigrado también a la ciudad de la Mahou, los bocadillos de calamares y el "cup of café con leche en Plaza Mayor".
Al igual que las personas, la comida también suele viajar en busca de mayor reconocimiento, y los camperos no iban a ser menos. EL ESPAÑOL de Málaga te enseña cuatro locales donde degustar el auténtico campero malagueño a 500 kilómetros de su lugar de origen.
Granjero Busca Campero
Encarni Rodríguez y Paco Rando son dos malagueños del Rincón de la Victoria que decidieron crear su negocio en la capital de España. Su sobrino vivía en Madrid y les contó su visión de mercado: "Tita, aquí no hay camperos". Encarni explica que necesitaban "un cambio" en su vida, y, como ya tenían experiencia en el sector, se atrevieron a abrir en Madrid.
Siete años son los que el campero lleva instalado en Chueca. "Vinimos en febrero de 2015, en abril ya teníamos el local y en mayo ya estábamos abriendo. Fue todo muy rápido, si no llega a ser tan rápido igual no me hubiera venido", cuenta Encarni sobre sus inicios. Pronto pudieron abrir más locales alrededor de Madrid hasta que la pandemia se deshizo ellos: solo resisitió el pequeño local de pedidos a domicilio y para llevar.
Encarni siempre cuenta que está en Madrid "de casualidad", la misma que les ha permitido abrir un establecimiento más grande en la misma calle donde ya estaban: "Llevamos abiertos desde diciembre en un local con cuatro mesitas". Pero esa no es la única ampliación que Granjero Busca Campero ha hecho, ahora hacen envíos de su producto envasado al vacío por toda la península.
"Cuando abrimos en diciembre quisimos hacerle un homenaje a nuestras clientas drag", cuenta con orgullo Encarni, que ha puesto a todos los camperos de la carta el nombre de diferentes drag queens: "El de pollo, por ejemplo, se llama Sobredosis González, luego tenemos el de lomo, que se llama Gloria'Hall".
El pan con el que están hechos estos camperos es de origen malagueño 100%, es la panificadora El Salvador la que les provee de pan. Asimismo, cuentan con otros productos malagueños a la venta en este local: como cartojal o cervezas Victoria. Este local ha sido certificado con el nombre "Sabor a Málaga" por la Diputación de Málaga en 2019, constituyendo la primera vez que esta distinción salía de la ciudad.
Además de malagueños en Madrid, también hay madrileños 'amalagueñados': aquellos que van a Málaga de veraneo y se les 'cae la baba' con la gastronomía malagueña. En septiembre vuelven a casa pensando en el próximo verano y en el próximo campero, hasta darse de cuenta de una cosa: lo sencillo que sería llevar a Madrid el sabroso bocadillo.
Ole mi Cono Campero
Dos de esos madrileños 'amalagueñados' son Isabel Corbacho y Roberto Gaitán. Esta pareja veraneaba en Torremolinos y quiso introducir en su ciudad una alternativa "lo típico de siempre", así es como Isabel define las hamburguesas, las pizzas y los kebabs. Roberto Gaitán se enamoró del campero durante sus años trabajando entre Madrid y Málaga, contangiando a Isabel: "No deja de ser un bocadillo, pero un bocadillo que está buenísimo, espectacular".
Ahora hay "una mijita de Málaga en Vallecas", como le gusta decir a Isabel, y es que, además de camperos, en su local venden todo un lote de productos malagueños: tortas, locas, quesitos, cervezas Victoria y hasta Cartojal. Además, usan pan de una empresa malagueña y venden postres del grupo Montero.
Desde que comenzaron a vender camperos, lo hacían únicamente a domicilio, pero desde el pasado jueves 1 de septiembre, Ole mi Cono Campero está abierto al público. Otra novedad que introducen este inicio de curso escolar es la patata asada, un producto típico de ferias españolas que quieren hacer permanente en la capital.
El Campero Viajero
Carolina Pérez es madrileña, pero es "malagueña de alma y corazón", como ella misma se define. Por eso, ella quiso llevar su cariño por Málaga a su ciudad, en concreto a Majadahonda, donde en 2019 montó su primer local de camperos, mudándose más tarde a Las Rozas, donde continúa ahora. "Nosotros hemos sido siempre muy cerveceros y pensamos que el mejor complemento para una cerveza era el campero", dice Carolina explicando en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga cómo surgió la idea de vender camperos.
Aunque Carolina es madrileña, fueron dos benalbinos —del Rincón de la Victoria— los que le enseñaron el oficio: Encarni Rodríguez y Paco Rando, los dueños de Granjero Busca Campero en Madrid. Ellos le dieron la idea y la han ayudado siempre: por ejemplo, Carolina alterna pan madrileño y de Benajarafe gracias a Paco, que le facilitó el contacto de la panadería El Salvador.
Pérez cuenta que "normalmente la gente se sorprende de lo grande que es, pero nunca lo tiran". Suele advertir de lo grandes que son, y en caso de que les sobre, se lo envuelve en papel de aluminio y les explica: "En una sartén limpia, vuelta y vuelta y listo; o si no, en el horno". Además, como el resto de negocios del bocadillo malagueño en Madrid, vende el pack completo: campero y cerveza Victoria.
Camperos Malagueños
Otros que se han sumado a la cultura gastronómica malagueña en Madrid son Camperos Malagueños. Catalin Dumitru, rumano de nacimiento, conoció los camperos a través de una pareja malagueña, luego, viajó a la Costa del Sol para conocer la cultura malacitana. "Quería abrir algo diferente en Madrid y me gustó la idea de los camperos", cuenta Catalin en declaraciones a EL ESPAÑOL de Málaga.
Como otros locales de comida malagueña, Catalin también vende vino Cartojal, cervezas Victoria, locas y postres Montero. La patata asada es otro de los platos que se incluyen en el menú. Este negocio de Chamberí tiene más de 30 tipos de campero, entre los que destaca el llamado 'Malagueño completo': lleva carne o pescado, mayonesa, queso gouda, jamón york, tomate, lechuga y huevo plancha o cocido.
La mayoría de los clientes son estudiantes puesto que Camperos Malagueños se encuentra cerca de Ciudad Universitaria. "Es un bocadillo sano, recién hecho, grande y a buen precio", por eso, afirma Catalin, es que su negocio funciona. Además, este 2022 Camperos Malagueños recibió la distintión "Sabor a Málaga" por la Diputación.