En un par de años, La Pechá se ha convertido en uno de los referentes gastronómicos del tapeo malagueño en la capital. Todo lo que hay en esta vermutería, situada en pleno barrio del Soho, rezuma a la ciudad del paraíso. A partir del próximo septiembre va a seguir siendo así, solo que en un local más grande. Y es que este establecimiento regentado por Raúl Nieto se traslada. Eso sí, que los clientes se queden tranquilos: seguirá estando en calle San Lorenzo, frente por frente del actual emplazamiento.

“Un bar pequeño tiene su encanto, pero a ciertas horas se queda gente fuera, sin poder entrar, porque no tienen sitio. Me daba mucha pena”, explica Nieto en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga. 

Tras un tiempo analizando las posibilidades (y desechando otras, como mudarse a los barrios de Huelin o Teatinos -ambos en auge-) vio pasar la gran oportunidad. Un cartel de se alquila, una nueva aventura y 37 metros cuadrados que pasan a ser 260. “Esta era la esquina en la que había estado trabajando”, apunta, en referencia a la importancia de la ubicación.

Desde hace un mes, la nueva La Pechá es el bajo de un edificio en obras. Sin embargo, ya se comienza a intuir la distribución con la que los clientes podrán seguir disfrutando, algo que previsiblemente ocurrirá a finales de septiembre. De esta forma, el objetivo es incluir una “falsa pared” interior para que los ventanales y la fachada puedan seguir formando ese entorno “tan característico”, con personas compartiendo un espacio muy cercano mientras tapean.

Del mismo modo, la pared exterior se va a reducir, creando una especie de terraza interior en el que instalar mesas altas con taburetes, algo que facilitará la opción de reservar y la asistencia de grupos más grandes. 

['La Pechá', la vermutería en la que los platos se piden en clave 'malaguita']

En cuanto a la carta, seguirán estando presentes los clásicos: una ensaladilla rusa con mayonesa sabor a huevo frito, un caldillo de pintarroja y un bocadito de pringá, hecho con puchero, "un cocido muy nuestro", o el montadito de pollo cajún con mermelada de beicon. Pero además, se van a añadir nuevas opciones: “Las cocinas son los corazones de los restaurantes y nosotros teníamos el problema de la pequeñez. Cuando añadía algo, tenía que quitar otra porque no podía prepararlo todo”, relata. 

A partir de otoño, esto dejará de ser así, aglutinando comida y buen ambiente en una nueva taberna con el sello del éxito que les ha acompañado durante los últimos tres años.

El origen

Al frente de este establecimiento se encuentra Raúl Nieto, un trabajador especializado en el sector de la restauración. Cuando surgió la posibilidad de montar este establecimiento estaba de empleado en la Cantina Canalla, un restaurante mexicano ubicado en el Soho malagueño. Cuenta que al propietario, que buscaba montar una taberna antigua, le gustó su estilo basado principalmente en una palabra: Málaga. "Soy muy malagueño y siempre busco el enfoque para que mi tierra esté presente. Ya sea a través del producto o de la nomenclatura tan rica que tenemos en la zona".

Y así surgió la posibilidad de crear una taberna antigua en clave local. Una idea que se materializa hasta a la hora de pedir los platos: "Aquí no hay tapas, medias o raciones; sino mijillas, hartá o pechá. No hace falta profundizar mucho más para saber que estamos en un sitio 100% malagueño", bromea.

El sabor característico de la tierra está presente en las recetas. Caldillo de pintarroja, ensalada malagueña, albóndigas con salsa de almendra y el comodín de la temporalidad: "En función de la época del año cambiamos algunos platos, pero siempre manteniendo ese sello", subraya. Algo similar ocurre con el maridaje. Nieto explica que se han querido subir al carro de la moda del vermú, una bebida que históricamente ha tenido gran calado en los aperitivos madrileños y barceloneses pero que se ha extendido a toda España y parte de Europa. 

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