Pepe Gómez es, por méritos propios, uno de los grandes protagonistas de la hostelería de Málaga. Los 45 años que lleva al frente de restaurantes, algunos de ellos convertidos en referentes del momento, como la marisquería Santa Paula (cerró en 2013), lo hacen merecedor de ese reconocimiento. Ahora es noticia porque uno de sus negocios, la Reserva del Olivo, cierra definitivamente sus puertas.
Catorce años han pasado desde que por vez primera abrió a sus clientes. "Cierro con mucha pena y mi gente igual; es lógico porque es un negocio que funciona desde hace 14 años… Ha llegado el momento", explica a EL ESPAÑOL de Málaga, sin querer desvelar más detalles del adiós.
Por lo que da a entender, no se trata de una cuestión relacionada con el alquiler del local que venía ocupando en la Plaza del Carbón, en pleno Centro Histórico. "Lo que se pagaba era razonable", asegura. Tampoco con la falta de clientes: "La Reserva del Olvido estaba funcionando muy bien, con mucho cliente local, nacional e internacional". "Han sido 14 años fantásticos", remarca, para añadir de manera un tanto misteriosa: "Decido cerrar porque ha llegado el momento, no estaba en el sitio adecuado".
El vacío de la Reserva del Olivo será ocupado en poco tiempo por otro negocio hostelero. Aunque Pepe no desvela el nombre de la empresa a la que se ha traspasado, sí apunta que lo que abrirá será un concepto de cocina muy diferente.
El cierre de este negocio desvincula a Pepe del sector, ya que sigue estando al frente de la Reserva 12, también en el casco antiguo, y de La Reserva de Antonio, en el vecino municipio de Torremolinos. También cuenta con el Envero, localizado en la zona oeste de la capital. Aunque sin querer entrar en muchos detalles, Pepe ve con buenos ojos el momento en el que se encuentra, "que está creciendo mucho".