La Tranca no es la tasca con más historia de Málaga, pero sí la que puede presumir de una oferta gastronómica que hace las delicias de su variada y amplia clientela. Por más que su carta es extensa, la realidad es que la tapa adquiere un protagonismo evidente. Y lo hace sobre la base del amor al producto y con elaboraciones tradicionales, como si salieran de las manos de la abuela. 

Pese a su relativa juventud (abrió sus puertas a mediados de 2012), se ha convertido en un referente culinario para cientos de consumidores que acuden a diario a saborear sus albóndigas en salsa de almendras, su ensaladilla rusa o su salmorejo, por citar tres platos típicos de la zona. 

Lo llamativo del caso es que sus precios lo hacen atractivo no solo para el guiri procedente del norte de Europa que pasea por las calles del Centro recién desembarcado de un crucero, sino también para el vecino del barrio de La Luz.

La Tranca presume de "ambiente agradable y relajado", un establecimiento apto para todos los públicos, especial para "tener una charla acompañados de una copa de vino o disfrutar de una cerveza bien fría". Si tiene dudas a la hora de elegir entre su amplísima propuesta, desde el propio establecimiento le recomiendan sus empanadas, sus tostas variadas, su queso curado y sus tortillas… 

El objetivo último es que cuando abandones el local, con la panza llena y satisfecho del servicio, lo hagas convertido en un trancoso, que es como el establecimiento bautiza a los que pasan a ser de la familia.

Y aunque en un infinito universo hostelero como el que reina en Málaga es complicado determinar cuál es el mejor en algo, sirva destacar que la oferta de La Tranca es valorada de manera notable en las webs especializadas como Tripadvisor, donde obtiene una nota media de 4,5 por parte de la clientela.

Su referencia queda también recogida en la Guía Macarfi, donde se le menciona como una tasca española castiza, "de las de toda la vida” ensalzando su buen ambiente y su "tapeo único en pleno Centro". "Lugar perfecto para disfrutar del día y de la noche, con amigos o con la familia, para comer o simplemente para disfrutar de un buen vermut", añaden.