Con solo pronunciar el apellido Mira cualquier malagueño (y seguramente muchos visitantes temporales de la ciudad) piensa en helado. Y no en cualquier helado. Es más que probable que la memoria del paladar lleve al comensal a rememorar esa primera ocasión en la que saboreó su turrón, santo y seña de un negocio que hunde sus raíces a finales del siglo XIX.
Generación tras generación, el destino de buena parte de los integrantes de esta gran familia empresaria y gastronómica está ligado a este refrescante producto, que lejos de estancarse como un simple postre, ha adquirido la dimensión de producto culinario de primer nivel.
Una muestra de su crecimiento es que uno de los locales de Mira en la capital de la Costa del Sol ha obtenido reconocimiento de uno de los nuevos Soletes Repsol. La trascendencia del galardón no radica solo en formar parte de esta valorada lista de locales, sino en el hecho de que lo hace a propuesta por un cocinero estrella Michelin.
Ha sido el malagueño Dani Carnero, máximo responsable del restaurante Kaleja, distinguido en los últimos años con una Estrella Michelin, así como de otros negocios como La Cosmopolita, el que ha recomendado que el Casa Mira de Andrés Pérez, escondido en pleno Centro histórico de Málaga sea merecidamente de un Solete Repsol.
"La heladería más pura que hay en Málaga, la de toda la vida. Hacen un helado que sabe al producto", explica Carnero para justificar su propuesta. A los sabores tradicionales de los helados Mira de toda la vida hay que sumar las características de un local adaptado a los nuevos tiempos, donde es posible disfrutar del producto artesanal con el descanso necesario y sin el frenesí propio de estos tiempos.
La referencia Mira está estrechamente vinculada a otros establecimientos de la capital de la Costa del Sol. Pero no todos ellos tienen los mismos propietarios ni gestores detrás. Lo que sí es coincidente es que fue Severino Mira quien a finales del siglo XIX salió de Jijona por primera vez. Su destino era Málaga donde pretendía vender su cargamento de turrones transportados a lomos de burros.
Tras el éxito de este primer viaje, decidió volver, ya en carros, para quedarse con su familia en un humilde despacho de venta. Así queda recogido en la web del establecimiento de Mira en Andrés Pérez, en la que se destaca la decisión Severino de ampliar la gama de ofertas e introducir el helado.