La gastronomía malagueña destaca en cada uno de sus platos y es conocida en todo el mundo. Los espetos de sardinas son su joya de la corona, pero hay alguna que otra receta que se puede tomar como aperitivo y que todo el que llegue a la Costa del Sol debe probar.
El consumir pescado marinado o en salazón tiene siglos de antigüedad y hay que remontarse a las culturas fenicias, romanas y árabes que habitaron en Málaga para conocer el origen de los boquerones en vinagre.
En este plato, cuando se creó buscaban aprovechar el fácil acceso al pescado fresco y al hecho de que se fueron desarrollando diferentes formas de conservar y preparar los alimentos.
Antiguamente utilizar el vinagre era algo habitual porque lo empleaban como método natural para conservar alimentos debido a sus propiedades antibacterianas. Dado el clima de Málaga, este método resultó muy útil, ya que sumergir el boquerón en vinagre les permitía que el pescado no se estropeara muy rápido y conseguía un sabor que no habían descubierto hasta entonces.
Además, los pescadores para poder darle un mejor sabor a los boquerones añadían aceite, ajo y perejil y conseguir un plato extraordinario potenciando productos que son pilares de la dieta mediterránea.
Con el paso del tiempo, los boquerones en vinagre pasaron de ser una comida de pescadores a ser una de las tapas más populares de la provincia. Además, este puesto se afianzó con la llegada de los míticos bares de tapas y las tabernas.
Estos dos tipos de establecimientos hicieron que un plato muy sencillo con cuatro ingredientes sea el mejor acompañante para una caña o una copa de vino.
Hoy en día, los boquerones en vinagre son uno de los platos más emblemáticos de Málaga, presentes en cualquier buen bar de tapas de la ciudad, y son un claro ejemplo de la tradición y el sabor local. Tal es la importancia del boquerón en Málaga que los malagueños también son conocidos como ‘boquerones’.
Receta boquerones en vinagre
Para cocinarlos se necesitan boquerones frescos, vinagre, agua, cuatro dientes de ajo, perejil fresco picado, aceite de oliva virgen extra y sal. En primer lugar hay que limpiar los boquerones, lavarlos y ponerlos en hielo durante 30 minutos.
Después se mezcla el vinagre y el agua y se colocan los boquerones en esta combinación. Se cubre el recipiente y se mete en la nevera durante unas horas. Pasado este tiempo, hay que escurrirlos, secarlos y preparar el aliño de ajo y perejil.
Se vuelven a colocar los boquerones en otro recipiente y en cada capa se añade el aliño. Por último, se cubre todo con aceite de oliva y tras dejarlos reposar unas horas ya estarían listos para comer.