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Cada provincia de Andalucía tiene su propia historia única. Los sabores y recetas de platos, potajes y sopas son parte de la gastronomía de la región con sabores inigualables.

Con la llegada del frío, los guisos son las elaboraciones más reclamadas durante el otoño y el invierno. Son muchas las opciones, pero en Almería destaca una en especial, que es conocida por sus ingredientes, donde la carne aporta una excelente cantidad de proteínas.

Si hay un plato típico de la gastronomía de Almería, es sin duda los gurullos con carne, especialmente de conejo. Esta receta tradicional es muy apreciada en las zonas rurales de la provincia andaluza.

Los gurullos son un tipo de pasta de pan alargada, con forma de grano de arroz, elaborada con harina, agua y azafrán y muy característica de esta zona. Se combina con la carne de conejo: tierna con alto valor nutricional que encumbra esta sencilla receta como una de las más sabrosas de la cocina almeriense.  

Se añade también pimentón, laurel y, en ocasiones, algún toque de especias para darle más sabor. Los gurullos se agregan al final de la cocción para que absorban el caldo y se cocinen junto con la carne de conejo.

Cómo preparar gurullos con conejo

La masa se trabaja manualmente hasta que queda bien firme, luego se corta en pequeños trocitos y, finalmente, se les da forma con los dedos, similar a pequeños granos alargados.

Los gurullos, una vez formados, se dejan secar antes de añadirse al guiso, donde se cocinan directamente en el caldo.

La carne de conejo se complementa muy bien con las especias y el sofrito base del guiso. Además, es baja en grasa y rica en proteínas.

Se suele cortar el conejo en trozos y dorarlo primero para que suelte todo su sabor antes de añadir las verduras y los condimentos.

Sofritos

El guiso comienza con un sofrito de ajo, cebolla, pimientos y tomate, al que se le añaden hojas de laurel, pimentón dulce y azafrán o comino.

Tras dorar el conejo en este sofrito, se añade agua o caldo de carne y se deja cocinar a fuego lento. Los gurullos se añaden en los últimos minutos de cocción, permitiendo que se cuezan en el caldo y absorban todo su sabor.

Este plato tiene sus raíces en la cocina rural, donde las familias aprovechaban ingredientes locales y los productos disponibles en cada temporada. Este guiso sigue siendo muy apreciado por su sabor y por su tradición.