Los postres son una parte esencial de la gastronomía tradicional. Las recetas de la abuela perduran de generación en generación con sabores que no pasan de moda en Málaga.
Si tienes que recurrir a una receta típica malagueña, hay un plato de repostería que tiene una larga tradición cultural y gastronómica. A medida que los días se vuelven más frescos, se convierten en un símbolo del otoño y es ideal para los días de frío.
Se trata de una receta típica de Semana Santa y Navidad, que por esas fechas no puede faltar en ninguna casa. Son dulces de origen andalusí, donde cobran especial protagonismo el anís, las especias y la miel.
Los dulces malagueños por excelencia son los borrachuelos. Su nombre se debe precisamente al uso de vino o anís en su preparación, lo que hace que la masa esté 'emborrachada' con licor, lo cual le da un sabor y aroma inconfundibles.
Los borrachuelos están profundamente arraigados en la cultura malagueña y representan la tradición de recetas familiares que pasan de generación en generación. Su elaboración en épocas navideñas es un acto de unión y se prepara en familia.
Su elaboración tiene varias versiones. Lo tradicional es rellenarlos de cabello de ángel o de crema de boniato o batata.
Cómo preparar borrachuelos
Para prepararlos, primero se fríe ligeramente el aceite de oliva con cáscara de limón para aromatizarlo. Seguidamente, se tamiza la harina y se mezcla con el aceite aromatizado, añadiendo el vino dulce, el anís o aguardiente, el zumo de naranja y de limón, junto con la ralladura de cítricos.
Una vez amasada, la masa se cubre y se deja reposar. Luego se estira y corta en pequeñas porciones que se fríen en abundante aceite caliente. Si se desea, se coloca un poco de cabello de ángel en el centro antes de cerrar la masa para formar una especie de empanadilla dulce.
El origen
Finalmente, se pasan por azúcar y, en algunos casos, se bañan en miel, lo que les da un sabor aún más dulce.
El origen de este dulce se remonta siglos atrás. Los borrachuelos son citados en una obra que data del año 1846: Escenas andaluzas, de Serafín Estébanez Calderón.
Las especias con las que se elaboran los borrachuelos tienen su origen en la influencia musulmana que tan presente continúa en la cocina andaluza: ajonjolí, sésamo y canela.
También en el antiguo Imperio Romano se hacía un dulce muy parecido llamado frictilia hecho a base de harina de trigo y frito en manteca de cerdo con un baño de miel.