Los gurullos con conejo son una receta tradicional que pertenece a la cocina rural de Almería, un guiso que destaca por su sabor robusto y su simplicidad, utilizando ingredientes locales y de temporada. Este plato, que combina la suavidad de la carne de conejo con la textura única de los gurullos, se ha mantenido a lo largo de los años como un símbolo de la cocina de esta zona andaluza. Además, es una receta especialmente rica en proteínas, lo que la convierte en una opción saludable y sustanciosa, así como fácil de hacer en los días que nos da más pereza.
Los gurullos son una pasta artesanal hecha de harina, agua y una pizca de azafrán, que le da un toque característico de color y sabor. Para elaborarlos, primero se mezcla la harina con agua hasta obtener una masa firme. La masa se divide en pequeños trozos, que luego se moldean con las manos, formando pequeños granos alargados. Este proceso, completamente manual, asegura que cada gurullo tenga la consistencia y la forma perfecta para cocer de manera uniforme.
El guiso comienza con el dorado del conejo. Se corta la carne en trozos pequeños y se dora en la olla para sellar los sabores y darle una base rica. Este paso es crucial, ya que la caramelización de la carne aporta una profundidad única al plato. En la misma olla, se añade un sofrito de cebolla, ajo, pimientos y tomate, ingredientes comunes en la cocina mediterránea que aportan frescura y un perfil de sabor intenso. Las especias juegan un papel fundamental en este plato, siendo el laurel, el pimentón dulce y el azafrán o comino los condimentos más utilizados, que le dan al guiso ese toque cálido y perfumado.
Una vez el conejo ha absorbido todos los sabores del sofrito, se incorpora agua o caldo de carne, y se deja cocinar a fuego lento, permitiendo que la carne se vuelva tierna y se mezclen todos los sabores. Los gurullos se añaden en los últimos minutos de cocción, permitiendo que absorban el caldo y se impregnen de los sabores del guiso, convirtiéndose en el complemento perfecto para la carne.
Este plato tiene una fuerte conexión con la tradición rural de Almería, donde muchas familias en el pasado utilizaban los ingredientes que tenían a su disposición según la temporada para decidir qué cocinar. Además de su sencillez, lo que hace que los gurullos con conejo sean tan especiales es que han sido transmitidos de generación en generación, manteniendo viva la cultura gastronómica de la región.