La gastronomía de la provincia de Málaga es una de las más populares de España debido a su variedad y sabrosos productos. En ella destacan numerosas comidas y entrantes, pero también algunos postres.
El bienmesabe es uno de los postres más típicos de la provincia, teniendo su origen en la ciudad de Antequera. Desde 1635, las monjas del Convento de clausura de Belén en Antequera (Málaga) preparan este famoso dulce de origen árabe, manteniendo la receta original.
Se trata de un postre muy sabroso y que es muy sencillo de realizar en casa. Para hacerlo se necesitan los siguientes ingredientes, según el libro "La cocina del entorno de los embalses Guadalhorce y Gaudalteba":
-500 gramos de almendras crudas peladas
-600 gramos de azúcar
-200 gramos de cabello de ángel
-Canela molida
-6 huevos
-Bizcocho de plantilla
Para su preparación, el primer paso será triturar las almendras en un mortero y posteriormente tostar las almendras en una sartén, estando ya picadas. En una olla pondremos alrededor de 500 ml de agua con el azúcar hasta que hierva.
Mientras tanto, se baten los huevos junto con la canela a fuego lento hasta que se espesen un poco. Se le añaden las almendras picadas, removiendo hasta que hierva, para luego retirar la olla y dejarlo enfriar.
Cuando esté a punto de enfriarse, envuelve la pasta de almendras con papel film, formando un rollo de aproximadamente seis centímetros de diámetro. Compacta la mezcla y déjala en el refrigerador por unas horas para que se solidifique.
Después corta discos de bizcocho del mismo tamaño y baña suavemente con un almíbar hecho con 200 ml de agua y 100 gr de azúcar, puedes añadir un poco de licor de almendras o vino dulce si lo deseas.
Capa de bizcocho
Prepara los dulces colocando una capa de bizcocho, seguida de otra capa de cabello de ángel y finalizando con una rodaja de pasta de almendras. Después se espolvorea con azúcar y canela, para cuando esté a temperatura ambiente, empezar a servirlo.
El 'bienmesabe' se pueden encontrar en cualquiera de los muchos conventos en Antequera, con frecuencia a través de un curioso torno de madera con el que las monjas atienden a los que acuden a comprar.