Patricia Sierra
Publicada

La gastronomía de Málaga es famosa en el mundo entero. Aunque lo que más resalta son los platos salados, no se puede hablar de ella sin mencionar los dulces, ya que la repostería de la ciudad también tiene una gran importancia.

La extensa tradición azucarera de la ciudad ha convertido ciertos lugares en auténticos referentes. Es el caso de La Princesa Pastelería, ubicada en el corazón de Málaga, en la calle Granada, o la pastelería Daza, en la calle Correo de Andalucía. Sin embargo, a pesar de la fama de estos establecimientos, hay algunos dulces que se escapan de sus vitrinas.

Estas recetas llevan viviendo en la Costa del Sol incluso más tiempo que el Teatro Cervantes. El paso de generación en generación juega un papel fundamental en la transmisión y preservación de estos dulces. Es el caso de los suspiros, un postre que es parte de la tradición del Valle del Genal, Alpandeire y, por supuesto, de Málaga.

Al contrario que los pestiños o las torrijas, que tienen más presencia en Semana Santa y Navidad, los suspiros no tienen su fecha clave. Sin embargo, son perfectos los días en los que reina el frío, acompañados de bebidas calientes, reconfortan el cuerpo con su toque dulce y delicioso que, como su nombre indica, te dejarán suspirando.

Es una de las recetas malagueñas con más años a sus espaldas. Aunque su origen es un misterio, se cree que puede ser una adaptación de los merengues franceses, que llegaron a Málaga gracias a la difusión de la cocina francesa por toda Europa durante los siglos XVIII y XIX.

Los suspiros se caracterizan por su sabor dulce y textura crujiente. Son un postre ligero que puede disfrutarse en cualquier momento, es ese plato que sirve tanto para desayunar como para matar el deseo de “algo dulce” que entra en los días de frío.

Los ingredientes que se necesitan para elaborarla son muy pocos y están al alcance de cualquiera. Algo que permite que se convierta en una receta ideal para preparar en cualquier época del año.

Su ligereza y versatilidad hacen que este postre pueda acompañarse de mil y un maneras. La lista está compuesta por bebidas calientes -como el café, el té o el chocolate caliente-, helado y frutas frescas. Es más, los suspiros son bajos en calorías y grasas, lo que los convierte en una excelente opción para satisfacer el antojo de dulce sin sentirse pesado.

En cuanto a su preparación, a diferencia de otras recetas que requieren más tiempo y trabajo en la cocina, se hace en muy poco tiempo y sin complicaciones. Por lo que, a pesar de ser un postre que se puede degustar durante todo el año, las tardes frías son el momento perfecto para disfrutar de unos suspiros caseros.

Ingredientes

  • 500 gramos de azúcar glas
  • 5 claras de huevo
  • Zumo de limón
  • Una pizca de sal
  • Una pizca de canela
  • Ralladura de medio limón

Paso 1

Precalienta el horno a 180º. Con una batidora o unas varillas eléctricas, bate las claras con un poco de zumo de limón y una pizca de sal hasta que estén bien firmes.

Paso 2

Sin dejar de batir, añade poco a poco la canela, el azúcar y la ralladura de limón.

Paso 3

Cuando esté todo bien montado, coloca sobre papel antiadherente en la bandeja del horno pequeños montones de clara, utilizando una cuchara sopera. Cada uno debe medir unos 5 cm de diámetro y debes dejar un centímetro de espacio entre ellos.

Paso 4

Hornea a 180º durante unos 25 o 30 minutos, luego retíralos y espolvorea con canela, azúcar o fideos de anís. Déjalos enfriar completamente.

A pesar de su larga tradición, los suspiros están cada vez más olvidados. De igual modo, siguen siendo uno de los mejores dulces para preparar en Málaga durante los días fríos. Aunque, si tienes suerte, puedes encontrarlos en alguna de las pastelerías más emblemáticas de la provincia.