Vithas Málaga lleva meses trabajando en una unidad multidisciplinar dirigida a personas obesas o con sobrepeso en la que un equipo de profesionales estudia pormenorizadamente cada uno de los casos para ofrecer el mejor diagnóstico y tratamiento adaptado a las necesidades del paciente.
Esta unidad permite un abordaje multidisciplinar gracias a la integración de especialistas de endocrinología, nutrición, psicología, y cirugía bariátrica, a los que también se pueden sumar entrenadores personales que atienden al paciente antes y después de la intervención quirúrgica.
Como afirma la doctora Custodia Montiel “se busca un tratamiento eficaz para abordar la pérdida de peso”. Para ello, los especialistas pueden aplicar diferentes técnicas dependiendo de las necesidades del paciente. En concreto, la participación del equipo de cirugía empieza cuando el índice de masa corporal está por encima de 40, “es la obesidad mórbida o tipo 3, y en aquella obesidad tipo 2, con IMC inferior a 40, pero que lleva asociadas otras comorbilidades” continúa la cirujana, que asegura que “por otro lado, también habría indicación de cirugía en pacientes con IMC entre 30 y 35 que, además, asocian un síndrome metabólico. Es lo que se conoce como cirugía metabólica”. Estos pacientes presentan un riesgo mayor de mortalidad frente a la población general que se podría contrarrestar mediante la cirugía.
“Al paciente le planteamos la cirugía cuando ya ha tratado de perder peso mediante medidas dietéticas y estas han fracasado. La obesidad alcanza un punto de cronicidad y es entonces cuando la cirugía ofrece excelentes resultados para una perdida de peso eficaz a largo plazo” explica la profesional del Hospital Vithas Málaga.
“La cirugía no es la solución única, sino que hay que basar el tratamiento en tres pilares”, apunta la doctora Custodia Montiel:
El primero lo constituyen los cambios en la dieta, que han de ser interiorizados por los pacientes y convertirlos en un hábito para el resto de su vida: “Es importantísimo, porque yo puedo hacer una técnica quirúrgica, pero si el paciente come de forma desordenada e incluye alimentos hipercalóricos, el éxito de la cirugía se reduce”, explica la especialista.
El segundo es el ejercicio físico, porque es la única parte del gasto calórico que podemos cambiar. “Insistimos mucho en ello, porque es importante que el paciente abandone el sedentarismo. Como señala la doctora Montiel, al inicio de un tratamiento las personas obesas no pueden hacer mucho ejercicio, ya que en muchos casos hay dolores articulares que impiden, por ejemplo, correr.
En ese caso, el hábito más recomendado es realizar 10.000 pasos al día en una sola sesión: “Esto es aproximadamente una hora y media caminando, e insistimos en que sea de una vez, no sumando todos los pasos” matiza la profesional. En los casos en los que existen problemas articulares, también se recomienda cambiar el paseo ligero por una sesión de bicicleta o elíptica.
El tercer pilar, “lo que ayuda a completar el proceso”, es la pérdida de peso “radical” que se consigue con la cirugía. “Es un empujón importante para que los pacientes se motiven, porque con otros tratamientos les cuesta mucho más. La cirugía hace que uno tenga una pérdida de peso sustancial en el primer año y eso les ayuda a seguir y a afianzar los buenos hábitos”, indica la doctora Montiel. En el caso de la medicación, la doctora indica que “suelen conseguir una pérdida de en torno al 5 y el 11%, mientras que la cirugía ayuda a perder una media del 70% del exceso de peso”.