La doctora Leticia Herrero haciendo una prueba de alergia en el Hospital Quirónsalud Málaga.

La doctora Leticia Herrero haciendo una prueba de alergia en el Hospital Quirónsalud Málaga.

Salud

Los expertos prevén un empeoramiento del pico de alergia primaveral tras las últimas lluvias

Cuando llueve en primavera, se suman las complicaciones por el polen con los síntomas de los alérgicos empeoran porque la humedad posibilita un aumento de ácaros en el ambiente.

10 abril, 2024 20:12

Hasta la Semana Santa, habíamos tenido un adelanto de la polinización por las altas temperaturas, incluso los expertos habían pronosticado una primera parte de la primavera no tan intensa. Pero las lluvias que hemos tenido durante la última semana de marzo, además de aliviar nuestra emergencia hídrica, ha nutrido las plantas y árboles pendientes de iniciar o continuar su polinización en los próximos dos meses.

En los últimos años la primavera se está adelantando y durando más de lo habitual por las altas temperaturas. Esto, sumado al aumento de alérgicos a pólenes en los últimos años, cada vez pone más atención en esta patología, que “puede presentar una sintomatología leve, desde lagrimeo y estornudos, hasta auténticos problemas de respiración con falta de aire y accesos de tos que requieran visita a Urgencias”, advierte la doctora Leticia Herrero, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Quirónsalud Málaga.

El aumento de temperaturas y la contaminación facilita que las partículas alergénicas de los pólenes lleguen de forma más intensa a las vías respiratorias de los pacientes alérgicos. Además, un mismo paciente puede ser alérgico a los ácaros del polvo, a los pólenes e incluso a otros alérgenos, como epitelios de animales u hongos de la humedad. Lo peculiar de este perfil, explica la alergóloga, es que “cuando llueve en primavera, a pesar de que el polen del ambiente se limpia y da un respiro a los alérgicos a estos pólenes, como también tenemos la sensibilización alérgica a ácaros, estos pacientes pueden llegar a empeorar de sus síntomas porque la humedad posibilita un aumento de ácaros en el ambiente. Y, posteriormente, tras la lluvia llega un aumento de la polinización por el aumento de las temperaturas, con lo cual casos como los malagueños con este tipo de perfil alergénico, pueden no encontrar alivio hasta la llegada de las altas temperaturas del verano”.

Durante el resto del mes de abril, continuaremos viendo incremento de la polinización, sobre todo de gramíneas y urticáceas, para encontrarse con la aparición del olivo a final de mes, que ya había tenido algunos picos de polinización en el mes pasado.

En cuanto a la diferencia de síntomas, la doctora Leticia Herrero repasa que los pólenes son más incisivos en los síntomas nasales y oculares, con la aparición de estornudos, goteo nasal junto con ojo rojo, lagrimeo y picor ocular, además de dificultad respiratoria, accesos de tos y escucha de ruidos respiratorios como silbidos (sibilantes), que pueden llegar a requerir una visita a Urgencias para tratamiento urgente.

Por otro lado, los ácaros del polvo en ocasiones simulan los síntomas de un resfriado, siendo difícil de distinguir entre ellos, con congestión nasal y accesos de tos. A modo aclaratorio; “en el caso del resfriado, la duración no se extiende más allá de la semana. El asma suele ser más silente porque la exposición es más paulatina y mantenida por lo que podemos llegar a tener síntomas asmáticos sin ser conscientes: llegando a confundirlo con aparente falta de forma física”. Presentar de forma sostenida tan sólo tos, debe hacernos pensar en afectación bronquial y -recuerda la especialista- que “más del 85% de los asmáticos son alérgicos y pueden ser susceptibles de recibir tratamiento inmunoterápico alérgico para mejorar su patología bronquial”.

Para prevenir esta progresión de la enfermedad y contar con un plan de tratamiento para la primavera, los expertos recomiendan consultar con el Servicio de Alergología para tener un plan individualizado con las necesidades de cada paciente.

Esta recomendación es importante también en el caso de que los síntomas del paciente conlleven una merma en su calidad de vida, incluso precisando ausentarse de su puesto de trabajo. Al realizar la valoración del paciente, se estudia la posibilidad de realizar inmunoterapia frente al alérgeno/s frente al que el paciente presenta anticuerpos. Este tipo de tratamiento en el paciente adecuado consigue una disminución de sus síntomas, pudiendo llegar a no precisar medicación en la temporada y mejorando por tanto su calidad de vida.