Las relaciones afectivas entre padres e hijos es crucial para que los más pequeños se desarrollen y vayan formando su personalidad. Actualmente, se sabe que la configuración de esta es un proceso que comienza en la infancia y se va creando a partir de aprendizajes y relaciones que experimentan los niños con sus entornos, sobre todo familiares.
Por ello, con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, desde la Unidad de Salud Mental Infantil y Neurodesarrollo del Hospital Vithas Málaga (USMIN-AT) quieren reivindicar que, aunque hay una parte temperamental relacionada con la genética, es importante que padres e hijos establezcan un vínculo, ya que son un factor determinante para cuidar su salud mental y construir una crianza positiva.
A la hora de hablar de relaciones afectivas entre padres e hijos existen 4 tipos, según explican desde Hospital Vithal. Estas son: seguro, ambivalente, evitativo y desorganizado.
El vínculo seguro, que se construye a través de estilo de crianza democrático, es el único que protege a nivel de salud mental. Por ello, para conseguirla destacan que es crucial la crianza positiva que se basa en el respeto, la comunicación, la empatía y el cariño.
Asimismo, la doctora Marina Romero González, psiquiatra infantil y jefa de la USMIN-AT, sostiene que esta es “la forma más respetuosa de educar a nuestros hijos, y la que mayores beneficios reporta tanto al niño como a la familia”.
Además, añade que “en la crianza positiva de nuestros hijos debemos ofrecerles autonomía y responsabilidad, para que se desarrollen como personas independientes capaces de responder adecuadamente a las exigencias del entorno”.
En este punto añade que se debe llevar a cabo este tipo de crianza “siempre dentro de unos límites estables, que estableceremos con respeto y cariño, ya que, aunque los niños busquen su independencia, necesitan conocer estos límites para sentirse seguros y aprender qué conductas son adecuadas”.
Niños con buena autoestima
Por otro lado, considera que es importante impulsar la seguridad de los más pequeños en sí mismos. Para ello se les debe de ayudar a tener una buena autoestima y logrando, por consiguiente, que se consideren capaces de enfrentarse al mundo.
El estilo de crianza de unos padres depende, en gran medida, de sus propias experiencias infantiles, bien repitiendo patrones o huyendo de ellos. Por esta razón señalan que es fundamental hacer una reflexión profunda de la infancia ya que, para poder darles el mejor en torno a los hijos e hijas, es importante que “curemos” las heridas heridas.
Existen niños felices cuando hay padres y madres felices, y nunca al contrario. Los hijos no pueden ser el núcleo de la felicidad porque sería una carga muy grande para ellos. Más bien al contrario, si se está bien y se les dedica tiempo, es muy probable que ellos también estén bien.
Combinación de terapias
La combinación de terapia individual para las familias, con la terapia grupal para niños y padres, permite a los profesionales resolver situaciones familiares complicadas y tener una mejor convivencia en familia.
El trabajo que se realiza con los niños se basa en darles herramientas para responder de forma adecuada a las dificultades que presentan, ayudándoles a fomentar su inteligencia emocional y reconocer y expresar sus propias emociones. Esto les ayudará a ser capaces de gestionar las situaciones emocionales complicadas que deban afrontar a lo largo de su vida.
Por su parte, en la terapia con los padres, coordinada por la psicóloga infantil Adriana Guzmán, se busca proporcionar las herramientas necesarias para manejar las situaciones en las que se ven inmersos, ayudándoles primeramente a comprender a sus hijos para, posteriormente, tener a su disposición los mejores conocimientos para ayudarlos y conseguir modificar estas situaciones complicadas.