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La obesidad no es simplemente estar gordo. Es una enfermedad crónica que puede matarte, aunque afortunadamente hay tratamientos para reducir el riesgo. 

Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada ocho personas tiene obesidad y es algo que va en aumento. De hecho, desde 1990 se ha multiplicado por cuatro el número de adolescentes obesos y se ha duplicado en los adultos. 

La comida basura, los malos hábitos alimenticios, el sedentarismo, trastornos mentales por cualquier tipo de motivo que acaban con una ingesta masiva de alimentos como solución. Son muchos los motivos que llevan a la obesidad. También el hormonal. 

En 2022, 2.500 millones de personas adultas en el mundo tenían sobrepeso y, de ellas, 890 millones eran directamente obesas. Si eso es preocupante, lo es tanto o más que 190 millones de niños y adolescentes de entre 5 y 19 años en el mundo también tienen problemas de obesidad. 

Que sobre grasa corporal implica riesgo alto de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer... En definitiva, un riesgo alto de morir, independientemente de la edad. 

¿Qué se puede hacer para evitarlo? Lógicamente controlar la alimentación y recibir atención psicológica para ser capaz de superar este reto. Pero hay que dar más pasos. 

"El circuito asistencial arranca con una evaluación endocrinológica que nos permite conocer el motivo real del exceso de peso y, en consecuencia determinar los pasos a seguir para recuperar la salud del paciente. No todos los diagnósticos de obesidad son iguales ni deben tratarse de manera similar. La cirugía puede ser adecuada para un paciente, pero completamente contraproducente en casos en los que se detectan déficits nutricionales o supone un alto riesgo para su vida. Afortunadamente existen muchas alternativas que nos permiten actuar y reconducir un cuadro de sobrepeso”, explica el doctor Rida Nagib Raya, jefe del servicio de Endocrinología y Nutrición del hospital Quirónsalud Marbella. 

El doctor Daniel Palomo, especialista del servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo de este centro hospitalario, detalla que existen dos técnicas quirúrgicas que acaparan el 80-90% de las intervenciones de cirugía bariátrica: la manga gástrica y el baypass.

"La primera consiste en reducir las dimensiones del estómago y es una cirugía en la que se pierde peso, precisamente, porque es de carácter restrictivo al disminuir sustancialmente la capacidad del estómago. La segunda técnica se denomina Baypass y suele recomendarse para un perfil de paciente más obeso, con patología de diabetes. Lo que hacemos es recanalizar el paso de la comida, reducimos la cavidad estomacal y acortamos el intestino. Los resultados son muy consistentes", subraya el facultativo. 

También hay intervenciones sin cirugía. La más habitual es el Apollo o Sleeve Gástrico Endoscópico. El doctor Alfonso Alcalde, especialista del servicio digestivo en el centro marbellí, indica que  “nuestra aportación es esencial para dar respuesta a pacientes sin opción a cirugía. Esta circunstancia puede producirse por diversos motivos. Uno de ellos, es un índice alto de sobrepeso. Las técnicas endoscópicas permiten la reducción de masa corporal previa a la intervención en quirófano con el objetivo de disminuir la morbilidad y las posibles complicaciones que pueden producirse después de la cirugía".