Publicada

Llega la Navidad y la época de hacer regalos. Los más pequeños escriben sus cartas a Papá Noel y a los Reyes Magos asegurando que este año han sido buenos y explicándoles que quieren encontrar bajo el árbol cuando se despierten. Antes la mayoría pedían puzzles, muñecos o pelotas, ahora prefieren una tablet o un teléfono móvil. Y es aquí donde empiezan los problemas

El uso inapropiado de las pantallas puede hacer que los niños pierdan oportunidades de comunicación, de aprendizaje, de tareas motoras, de control atencional, de uso de la lectoescritura, de desarrollo de la imaginación y de juego físico, fundamental para el desarrollo motor, según la doctora Rocío Calvo neuropediatra del Centro de Neurología Avanzada de Málaga (CNA).

El desarrollo cerebral de los niños comienza al nacer, ya que “con estímulos apropiados y suficientes, las conexiones serán más eficaces y el niño alcanzará su mejor desarrollo posible”. Asimismo, otro momento importante de desarrollo es la etapa escolar. 

Durante esta época vital, la adaptación y favorecer la autonomía son vitales, sobre todo en la adolescencia donde el cerebro recibe estímulos hormonales y vitales claves para convertirse en un adulto maduro. “En todos estos momentos del desarrollo, presentar problemas neurológicos puede romper la armonía evolutiva y originar problemas para el futuro”, asegura la neuropediatra.

En este sentido, Calvo sostiene que la sociedad cada vez está más concienciada de la importancia de cuidar el cerebro del niño con una vida sana, una alimentación correcta y estímulos adecuados. Pero es justo ahí donde los profesionales se percatan del principal problema: el mundo está plagado de distracciones y estímulos nocivos. 

“Los hemos fomentado los propios padres y la forma de vivir que tenemos en la actualidad con la falta de vida social, el excesivo uso de dispositivos y pantallas, la pérdida de una buena estructura y organización en la vida diaria del niño por los problemas de conciliación laboral”, señala la profesional. 

Consecuencias del uso excesivo de pantallas

Por ello, Calvo incide en que el uso excesivo de pantallas afecta de manera directa al desarrollo de algunas áreas cerebrales, algunas relacionadas con los recursos sociales y de relación con el entorno. Además, también advierte de que pueden alterar los ritmos de sueño y favorecer el sedentarismo. 

Junto a estos problemas, desde el Colegio de Médicos de Málaga también aseguran que pueden causar miopía o cansancio visual por la fijación prolongada en pantallas pequeñas; dificultad para mantener la atención y menor capacidad cognitiva y obesidad. 

Por otro lado, también puede causar problemas mentales, entre los que se encuentran complicaciones en las relaciones sociales con el aislamiento y la interacción limitada con otros niños; irritabilidad, depresión y ansiedad. Además, cabe la posibilidad de que la exposición a contenidos inapropiados los lleve a normalizar conductas sexuales de riesgo. 

Por ello, los médicos malagueños inciden en una misma idea: “Regala salud, no pantallas”, ya que “lo ideal es buscar juegos que favorezcan la creatividad y la actividad física. Los juegos de mesa también son una buena opción para regalar porque fomentan la interactuación con miembros de la familia de diferentes edades”, según el doctor Pedro Navarro, presidente en funciones del Commálaga y pediatra. 

Acudir a un profesional 

En el momento en que las familias observen que sus hijos tienen algún problema en el aprendizaje, problemas de sueño, cefaleas, episodios de convulsiones, entre otras patologías, deben acudir a un profesional. El especialista a través de terapias y fármacos les ayudará a mejorar la calidad de vida en situaciones que antes no tenían tanta atención y seguimiento.