Cementerios de Málaga que visitar en el Día de Todos los Santos, después de celebrar Halloween
Entre la tradición y la modernidad, las costumbres no permanecen puras en la era de la globalización.
1 noviembre, 2022 11:41Noticias relacionadas
Halloween VS el Día de Todos los Santos. El combate entre celebrantes y detractores de la primera está a la vuelta de la esquina. Como si festejar ambas fechas fuera excluyente, y como si que cada cual haga lo que le dé la gana no fuera excusa suficiente para zanjar el asunto, los defensores de "lo nuestro" no pararán de dar la murga.
Acudir, no obstante, este 1 de noviembre de 2022 al cementerio, teniendo en cuenta lo mal que nos lo ha hecho pasar la Covid, no es un acto más: acercarnos este año a los camposantos nos invita a reflexionar mucho. A dar gracias si no hemos perdido a nadie por el camino.
En cualquier caso, si eres de esas personas que recuerdan a sus difuntos, al tiempo que se acuerdan de los muertos de los que festejan Halloween; o si eres de los que gustan disfrazarse para asustar a los hijos del vecino a ritmo de "truco o trato"; o si acaso prefieres celebrar Halloween y luego visitar todo resacoso la tumba de tu abuelito, en EL ESPAÑOL de Málaga listamos algunos de los cementerios y camposantos más curiosos de la provincia que puedes visitar en el repleto de actividades puente de Todos los Santos.
Porque al final, el destino es el mismo para cada uno de nosotros: una pequeña y hermosa urbanización en el pueblo blanco de los muertos. Así que mejor vamos viendo dónde nos acoplamos.
Cementerio de San Miguel de Málaga capital
Las necrópolis son espacios para el silencio, llenos de belleza extraña, de arte y monumentos y en el caso del cementerio de San Miguel de Málaga esta afirmación no puede ser más cierta. Este camposanto está ubicado en la plaza del Patrocinio en el malagueño barrio de Fuente Olletas y supone una de las necrópolis más importantes de toda Andalucía, siendo el primer camposanto moderno construido en la ciudad.
Inaugurado en 1810, es una joya neoclásica, y pasear por entre sus panteones es toda una lección de arte e historia. En su centro se alza la impresionante capilla circular donde el general Torrijos y sus compañeros recibieron sus últimos honores antes de ser trasladados al actual obelisco de la plaza de la Merced.
Los mejores arquitectos y escultores de fines del XIX y comienzos del siglo XX dejaron sus obras en las distintas tumbas, llenando de arte este lugar que dejó de recibir entierros en 1987.
El motivo de esto, es que la flor y nata de los malagueños de la época se enterraron en este espacio donde podemos encontrar las tumbas de personajes como los industriales y benefactores Salvador Rueda, José Moreno Carbonero, Joaquín Martínez de la Vega, José Denis Belgrano, Arturo Reyes, Manuel Agustín Heredia, los Marqueses de Larios, Trinidad Grund, miembros de las familias de Félix Sáenz, de Gross, de Barceló, de Strachan, de Huelin, de Molina, los pintores Ferrándiz, Muñoz Degrain o Moreno Carbonero, el médico Gálvez Ginachero, y músicos como Eduardo Ocón. ¡Menudas fiestas deben celebrar los habitantes de este cementerio en la dimensión fantasma!
Lo que no se recuerda con suficiente periodicidad es que su valor arquitectónico, estético y artístico estuvo a punto de ser mandado a la porra por culpa del urbanismo absurdo y sin control que algunos se empeñan en practicar.
No obstante, gracias a documentos oficiales, en los que se indicaba la concesión de los panteones a perpetuidad, el Ayuntamiento malagueño finalmente se vio obligado, merced a una sentencia del Tribunal Supremo, a mantener en su lugar las tumbas, formando un parque público a su alrededor, en lugar de clausurarlo como pretendía. Las miras, a veces, son muy cortas.
Cementerio circular de Sayalonga
En el municipio de Sayalonga, en plena Axarquía, nos topamos con su curioso cementerio redondo. Convertido hoy en día en reclamo turístico, fue edificado en el siglo XIX, con una peculiaridad que ya está clara: es de trazado circular y la arquitectura de sus nichos forman hornacinas en forma de bóveda.
Existen varias razones que tratan de explicar su forma. Una de ellas afirma que, más bien, su forma es octogonal y que se hizo así en homenaje al arte mudéjar. De hecho, hay quien afirma que su peculiar forma obedece a una cuestión bien planificada: investigaciones realizadas, fechadas por el historiador local Valentín Fernández hacia 1840, parecen indicar un origen masónico en sus líneas. El mismo historiador atribuye su autoría a Pedro Gordillo, arquitecto de la Catedral de Málaga.
Castillo cementerio de Benadalid
Este camposanto fortificado se encuentra en mitad del valle del Genal, fuera del casco urbano de Benadalid, y marcada por torres cilíndricas.
En el castillo cementerio de Benadalid descubrimos una gran cruz de hierro que marca una edificación con un origen muy distinto. Esta construcción puede ser original del siglo II correspondiente a la ocupación romana, si bien los principales indicios arquitectónicos que hoy quedan corresponden a la arquitectura árabe.
Sus muros son de mampostería y en el centro de su recinto hay un aljibe subterráneo que comparte protagonismo con tumbas junto a las murallas y las torres defensivas: desde el siglo XIX este es el camposanto en donde los benalizos se entierran unos a los otros.
Para alterar la calma y tranquilidad que reina en la zona durante la mayor parte del tiempo, en su exterior se reviven, una vez al año (antes de que llegara la Covid), las luchas que disputaron las fuerzas moras y cristianas en este lugar.
Cementerio de Frigiliana
La localidad axárquica de Frigiliana ofrece un impresionante santo lugar cuya construcción se remonta a 1791 y cuya belleza radica en el contexto del crecimiento del pueblo: porque este cementerio es un ejemplo de armonía urbanística.
La necrópolis se encuentra a la entrada sur del municipio, anexo a la pequeña ermita de San Sebastián, que se levantó en 1834 en agradecimiento tras una epidemia de cólera. Algo que nos recuerda a un suceso cuyas consecuencias aún seguimos sufriendo...
Cementerio de Casabermeja
Pasar por las Pedrizas, contemplar el cementerio de San Sebastián de Casabermeja y levantar el pie del acelerador, es todo uno. Asomado en una balconada blanca al cauce del Guadalmedina, este camposanto fue declarado en 1980 Monumento Nacional y en 2006 Bien de Interés Cultural.
El motivo para instalar esta necrópolis en este espacio es sencilla: aquí se halla la ermita de San Sebastián, pero, principalmente, porque es un paraje bien ventilado y alejado del pueblo.
La cripta de la iglesia de Casabermeja fue el primer cementerio de la localidad y en 1786 ya estaba saturada. En vistas a esto, el obispo de entonces, Manuel Ferrer y Figueredo, aportó 400 reales para contribuir a la construcción de este nuevo cementerio que se levantó en el cerrillo de San Sebastián.
Sus primeras tumbas eran simples túmulos encalados. De hecho, era considerado un cementerio para pobres. Sin embargo, desde 1805 todos los enterramientos, tanto de ricos como de gentes humildes, se hicieron aquí, lo que provocó que las tumbas buscaran una mayor fastuosidad hasta llegar a la denominada nichera.
Además, cada una de ellas esconde un detalle que añade un aspecto que las diferencia, de modo que los diversos tipos de puertas destacan, teniendo un papel muy señalado la forja artesanal.
Cementerio Inglés de Málaga
En la capital malagueña se enclava una de las necrópolis más famosas de la provincia: el Cementerio Inglés. Dedicado a San Jorge, el Cementerio Inglés fue levantado en 1831 en la Cañada de los Ingleses, en pleno barrio de La Malagueta, a los pies del monte Gibralfaro, siendo el primer camposanto protestante construido en España.
Su estructura aprovecha la cercanía del mar para plantearse como un paseo sosegado entre la generosa vegetación y es un Bien de Interés Cultural desde el año 2012, aunque su mantenimiento siempre es un quebradero de cabeza. Algo que no debería ser así, la verdad.
Ubicado en pleno Paseo de Reding, entre sus ilustres moradores se encuentra su fundador William Mark, junto a varios tripulantes del Gneisenau, el buque alemán hundido en Málaga en el año 1900; el oficial Robert Boyd, teniente del malogrado general Torrijos, e importantísimas figuras de la cultura andaluza, como Jorge Guillén o Gerald Brenan.
Castillo cementerio de Álora
El castillo de Álora se alza sobre el cerro de Las Torres desde donde hace siglos vigila la localidad, y desde donde se ha transformado en un ejemplo de reutilización y reciclado urbanístico.
Con orígenes fenicios y romanos, fue reconstruido por los árabes durante la Edad Media. A lo largo de su historia esta fortaleza ha sido objeto de numerosos usos, siendo empleada durante más de doscientos años como cementerio.
Del castillo de Álora se conservan dos torres en buen estado, ya que han sido reconstruidas, y numerosos lienzos de muralla, con nichos adosados en su interior. De hecho, anexados a esta construcción se encuentran los restos de la antigua parroquia del pueblo, destruida por un terremoto y que hoy en día es la capilla de Jesús Nazareno de las Torres.