El comportamiento del ser humano es complejo, pero cuando se pone al volante, su actitud varía aún más. ¿Cuántas veces te has cogido un cabreo en un aparcamiento porque has visto que un vehículo sin la placa de minusválido correspondiente estaba estacionado de forma indebida?
Diversos estudios confirman que las personas cuando se ponen al volante cambian de personalidad (ver las 7 personalidades de los seres humanos mientras conducen). Además de aparcar en zona reservada, muchos conductores también tienen la insana costumbre de dejar su coche muy cerca del otro, de tal forma que si el otro conductor quiere salir de su vehículo, prácticamente no puede abrir la puerta.
Muchos aparcamientos públicos, ya sean subterráneos o al aire libre, parecen auténticos vertederos. Aprovechando que suelen ser lugares en los que apenas hay gente, los conductores utilizan los parkings como basureros para tirar sus enseres personales o para vaciar los ceniceros en el caso de que hayan fumado previamente.
El poco cuidado que tienen algunos conductores de sus hijos pequeños en los aparcamientos también es una conducta criticable. La baja estatura de los niños hacen que muchas veces estén fuera del campo de visión de un conductor que está realizando una maniobra de aparcamiento, ya sea para estacionar su vehículo en la plaza encontrada o para salir de la misma.
Ocupar dos plazas de aparcamiento es otra de las malas conductas que se repiten con mucha frecuencia en los parkings. Si quieres conocer más conductas incívicas de los conductores, consulta Todo lo que no debes hacer en un párking.