Hyundai ha presentado la renovación de uno de sus productos estrella, el i30. Se trata de la tercera generación del compacto coreano, uno de los vehículos más importantes de la gama del fabricante coreano en Europa, que viene a luchar en el segmento más competido del mercado.
Hyundai siempre ha presentado al i30 como un producto "desarrollado en Europa, construido en Europa y diseñado para Europa". Esta nueva generación profundiza aún más en la "europeización" del modelo, enfocando claramente a los superventas del segmento C.
Exteriormente el i30 ha apostado por la continuidad. Guardando gran parecido con su antecesor, el frontal es la parte más agresiva del conjunto, con una parrilla trapezoide situada en una posición relativamente baja, a lo que se unen unos grupos ópticos más estilizados y atractivos, con posibilidad de tecnología LED.
El lateral es la parte más seria del conjunto, con una apariencia algo voluminosa debido a un diseño más pensado en el espacio interior que en el atractivo visual. Destaca un poderoso nervio que recorre la carrocería de punta a punta, uniendo los grupos ópticos delanteros y traseros.
En el interior, el cambio es aún más evidente. Un salpicadero de aparente muy buena calidad que está presidido por una gran pantalla central que, siguiendo las modas actuales, no se puede escamotear. El equipamiento es más extenso que nunca, enfatizando sobre todo en la conectividad y la seguridad activa.
Mecánicamente la nueva plataforma del i30 es un 22% más rígida que la anterior, además de 60 kg más ligera. Estrenará un nuevo motor gasolina 1.4 Turbo de 138 CV, ofreciendo además versiones de gasolina de 100 CV (1.4 atmosférico) y 115 CV (1.0 Turbo), así como diésel de 95, 110 y 135 CV, todas ellas basadas en un 1.6 CRDi.