La gran novedad de Audi en el Salón del Automóvil de París, y con permiso del explosivo Audi RS3 sedán, no ha sido otra que el nuevo Audi Q5. La renovación del SUV más vendido por Audi en el mundo llega con una completa reinvención, buscando no sólo ofrecer más confort y tecnología, sino buscando un lado más aventurero para conquistar a aquellos clientes que quieran realizar incursiones fuera de asfalto.
A grandes rasgos podríamos resumir el Audi Q5 como un Audi Q7 en miniatura, y es que las claves del gran SUV de Audi han sido replicadas en el Q5 para conseguir un producto mucho mejor a su anterior generación. Desde su diseño a su construcción, pasando por sus motrizaciones o equipamiento es totalmente nuevo.
Para empezar nos encontramos con un SUV que ahora mide 4,66 metros de longitud, 1,89 metros de anchura y 1,66 metros de altura. Lo que se traduce en que el Audi Q5 ha crecido en todas sus dimensiones pese a que ha reducido su peso en 90 kilogramos gracias al uso de aluminio y aceros de alta resistencia.
El apartado del infoentretenimiento es otro de la fuertes del Audi Q5 donde encontramos el cuadro de instrumentos completamente digital con pantalla de 12,3", sistema multimedia MMI con pantalla táctil de 8,3" y sistema MMI Touch y la compatibilidad con los sistemas Apple Car Play y Android Auto.
Desde su lanzamiento estará disponible con tres motorizaciones diésel de cuatro cilindros 2.0 TDI con potencias de 150, 163 y 190 CV, una mecánica diésel 3.0 V6 TDI con 286 CV como tope de gama y una única motorización gasolina que será un 2.0 TFSI de 252 CV. Como viene siendo habitual en la marca se podrá escoger la tracción total quattro ultra, además de diferentes opciones en cuanto a transmisiones manuales con 6 relaciones o automáticas S-Tronic de 7 relaciones. Sólo el motor diésel más potente empleará una transmisión automática Tiptronic con 8 relaciones como única opción.