Uno de los certámenes de circuitos más populares del mundo, el DTM, llegó a su fin este fin de semana en el circuito que supone su casa, Hockenheim. Allí arranca y allí termina. y fue allí donde Marco Wittmann fue coronado por segunda vez, pues el alemán de BMW suma este título al que ya conquistó en 2014, convirtiéndose así por derecho propio en una de las mayores figuras del campeonato. No es baladí teniendo en cuenta que este mismo fin de semana se despedían del DTM dos campeones alemanes, Martin Tomczyk y Timo Scheider.
Wittmann se ha mostrado como el piloto más regular, un paso por delante de sus compañeros de marca en una temporada que se anunciaba difícil para BMW: la marca bávara tuvo que recurrir a ayudas reglamentarias como un alerón trasero algo más grande y un menor peso para que su M4 luchara de tú a tú con Audi y Mercedes. Pero el campeón estuvo siempre en la pomada, tanto cuando sus compañeros fueron competitivos como si no y ni las 10 victorias en 18 carreras de Audi impidieron su coronación.
De hecho Audi fue quien se llevó las cuatro últimas carreras de la temporada, siendo Miguel Molina uno de los triunfadores: el español obtuvo en la última cita su tercera victoria en el DTM, segunda de 2016, lo cual le sitúa entre los más laureados de la temporada pese a cierta falta de regularidad en sus resultados durante el año. Para ganar la carrera del sábado el catalán realizó una extraordinaria salida y se colocó en cabeza en detrimento del doble poleman, António Felix da Costa.
A partir de ahí Molina estuvo atento a los acontecimientos que se sucedían tras él por si era necesario ayudar a Edoardo Mortara. Y a punto estuvimos de ver algo así: después de un inicio difícil el italiano remontó desde el octavo puesto hasta el tercero, tras Molina y Wittmann, dejando así la lucha por el campeonato viva para el día siguiente. Eso sí, sólo una victoria propia y un resultado peor que quinto de su rival le daba el título.
Edoardo Mortara, a quien todos los rumores colocan en Mercedes para 2017, se sobrepuso a problemas de dirección en clasificación para ser el único Audi entre los nueve primeros y arriesgó en la salida, donde un toque entre Da Costa y Paffett y la escasa combatividad de Wittmann le permitió colocarse en cabeza. Pero estaba solo. Escoltado por sus compañeros de marca de principio a fin, un cuarto puesto bastó para que la corona de pilotos se decantara del lado de BMW, frente a los campeonatos de marcas y equipos obtenidos por Audi.
Miguel Molina finalizó 14º y Dani Juncadella firmó un fin de semana para olvidar después de que rara vez los Mercedes estuvieran en disposición de luchar por los primeros puestos. Pese al buen trabajo en equipo de ambos y las dos victorias del de Audi aún no se sabe si seguirán en el DTM en 2017 ante la inminente reducción del número de coches en parrilla. En todo caso ambos han mostrado a sus marcas ser capaces de defender sus colores también en carreras de GT durante los últimos años.