Mercedes-Benz ha decidido lanzar al mercado un tipo de vehículo que hasta ahora nadie se imaginaba que pudiese llevar en su frontal la gran estrella de la marca alemana. Pese a que Mercedes tiene una gran tradición y reputación en el terreno de los vehículos industriales, nadie se podía imaginar hasta hace apenas unos meses que el gigante pudiese firmar un pick-up, algo que está a punto de suceder.
No es la primera vez que se insinúa y rumorea la llegada de un pick-up de la marca de la estrella, pero no ha sido hasta ahora cuando finalmente Mercedes ha decidido dar el paso y lanzarse a un mercado en el que, al menos en Europa, su máximo rival en términos de refinamiento e imagen podría ser el Amarok de Volkswagen.
Y es que Mercedes ha aprovechado su acuerdo con la alianza Renault-Nissan para utilizar algunos recursos que el consorcio franco-japonés ha puesto a su alcance. Pese a que el lanzamiento de la versión de Mercedes -aún como prototipo- está previsto para la semana que viene, ya os podemos adelantar que el pick-up de Mercedes-Benz guardará grandes similitudes con la Navara de Nissan.
La Nissan Navara es uno de los vehículos pick-up más conocidos del segmento, y ya cuenta con varias generaciones a sus espaldas. La actual, lanzada el año pasado, se fabrica en Barcelona, en la planta que la firma japonesa posee en la Zona Franca de la ciudad condal.
Su construcción es más refinada que nunca, siendo además la única pick-up del mercado que ofrece un esquema de suspensión similar al de un turismo, con muelles en el eje trasero en lugar del tradicional sistema de ballestas. Es por ello que Mercedes ha decidido utilizar la misma plataforma, aunque no se descarta que la marca alemana introduzca mejoras específicas para su modelo, que aún no sabemos como se va a denominar comercialmente.
En términos de rendimiento, se espera que la pick-up alemana utilice de base los mismos motores que la Nissan Navara, es decir, un propulsor 2.3 diésel de cuatro cilindros con 160 y 190 CV. Es posible que Mercedes aporte un motor diésel V6 adicional para una eventual versión tope de gama, en la que el refinamiento sea uno de sus pilares fundamentales.
La impronta de Mercedes quedará patente en el diseño exterior del vehículo, con un frontal plenamente reconocible, con una gran estrella y grupos ópticos al estilo de las últimas creaciones de la marca. En el interior, no faltarán materiales de calidad con los que justificar el hipotético sobreprecio de esta variante respecto a su "prima-hermana" de fabricación española.