El MX-5 es para Mazda uno de los productos más importantes de la historia. El carismático roadster se ha ganado a pulso un hueco en la historia de la automoción durante los más de 25 años que lleva comercializándose gracias a un diseño muy personal y a una dinámica de conducción única.
A día de hoy el Miata ya avanza por su cuarta generación, que se lanzó al mercado a finales de 2015, pero no ha perdido la actitud del modelo original. El planteamiento es claro: motores poco potentes, simplicidad mecánica, bajo peso y un precio acorde al mercado.
La actual gama del MX-5 comprende dos carrocerías y dos motores. Disponible con capota de lona de accionamiento manual y techo rígido estilo targa de accionamiento eléctrico -MX5 RF-, el descapotable nipón se ofrece con dos motorizaciones 1.5 y 2.0 de 131 y 160 CV, ambas pertenecientes a la familia SkyActiv.
Es tradición en el modelo japonés el construir diferentes variantes "de ensueño" para diferentes shows y salones del automóvil, algo que la marca sabe exploltar a la perfección, poniendo a los seguidores del modelo los dientes aún más largos. En el SEMA Show 2016, celebrado en Las Vegas, la marca ha presentado dos carrocerías para hacer soñar a los amantes del MX-5, bautizadas como Speedster Evolution y Kuro.
La primera de ellas, la Speedster Evolution, ofrece una carrocería ultra-ligera, sin parabrisas, con dos backets y un aspecto de auténtica competición. Pintado en blanco perlado, el aspecto es bárbaro, y aunque no modifica la mecánica del conjunto, las sensaciones de pilotaje -con casco- se multiplican.
La otra variante, bautizada como Kuro, es más "convencional". La carrocería es la misma que la de la versión RF, aunque en esta ocasión rematada en una pintura gris mate, que en combinación con las llantas Rays de 17" realzan la figura de esta carrocería tan peculiar. La mecánica tampoco se ha modificado en este caso, aunque el Kuro incorpora una suspensión ajustable directamente traída de la competición MX-5 Cup, mejorando la eficacia en curva.