El fabricante japonés Nissan es uno de los mayores representantes a día de hoy de la movilidad eléctrica tal y como la conocemos. Gracias a una amplia gama de modelos con el Leaf como máximo representante, la marca nipona apuesta cada día más fuerte por la electricidad como paso de futuro.
De hecho, el Leaf es, gracias a las más de 250.000 unidades vendidas desde su lanzamiento hace ya varios años, el vehículo eléctrico más popular del mundo. Sin embargo, actualmente las limitaciones de un vehículo eléctrico son aún demasiado grandes para buena parte de la población, que todavía no ve a los vehículos eléctricos como una opción real.
Pese a que los últimos modelos eléctricos que están llegando al mercado ya ofrecen autonomías superiores a los 300 km, esta cifra sigue siendo insuficiente para los usuarios. La mayoría de los potenciales compradores de este tipo de vehículos terminan, por norma general, adquiriendo un vehículo híbrido enchufable, que ofrece una autonomía eléctrica relativamente pequeña -unos 40 o 50 km dependiendo del modelo- pero que son capaces de rodar distancias más largas gracias a la inclusión de un motor térmico.
Otra opción son los eléctricos con autonomía extendida, vehículos de propulsión eléctrica pero con un pequeño motor térmico que en este caso no llega nunca a mover las ruedas motrices, sino que se limita a actuar como generador, proporcionando carga a la batería. Es aquí donde llegamos a la nueva propuesta de Nissan, bautizada como “e-Power”.
Nissan ha decidido entrar en la lucha de rivales como BMW con una planta motriz similar a la que el fabricante alemán aplica en el i3 REX, es decir, un motor eléctrico que mueve al vehículo y un pequeño motor de combustión que aporta carga a la batería. El sistema e-Power consta de un motor eléctrico alimentado por una batería de iones de litio, al que se le añade un pequeño motor de gasolina, tricilíndrico y atmosférico, cuya única función es la de proporcionar carga a la batería cuando sea necesario.
Nissan afirma que este sistema es uno de los más compactos montados en un vehículo de producción, y que incluso con el motor de gasolina está en marcha, el vehículo es igual de silencioso que un eléctrico tradicional, siendo además igual de eficiente que un híbrido de última hornada como el Toyota Prius.