AMG Black Series, una familia que cumple 10 años de historia
AMG es a Mercedes-Benz lo que M es a BMW o RS a Audi. A día de hoy cualquier amante del automóvil conoce las siglas AMG y lo que implican cuando están colocadas en la zaga de un vehículo de la firma de la estrella. Un AMG es sinónimo de deportividad, de imagen agresiva y de mucha potencia.
Las creaciones de AMG siempre se han caracterizado por ofrecer un gran motor muy potente con unas características de conducción que combinaban -combinan- a la perfección la suavidad en conducción relajada con el rendimiento cuando se practica una conducción "espirituosa".
Sin embargo, los chicos de AMG crearon hace ahora una década una división pensada para satisfacer las demandas de los usuarios más extremos, aquellos para los que la deportividad estaba por encima de cualquier otra variable. Para ello lanzaron las versiones Black Series, que encumbraban las cualidades dinámicas de estos deportivos.
Las variantes Black Series son versiones que sólo se construyen a partir de modelos de tres puertas, por lo que jamás encontraremos, al menos de momento, carrocerías de familiares o de cuatro puertas. El estreno de esta denominación de produjo en 2006 con la llegada del SLK55 AMG Black Series, que traía consigo una serie de modificaciones como la eliminación del techo retráctil o la instalación de unos backets de competición. La potencia pasaba de 360 CV a 400 CV.
Posteriormente fueron llegando más versiones, como el CLK63 AMG Black Series Coupé o el monstruoso SL65 AMG Black Series, animado por un imponente 6.0 V12 biturbo con 670 CV y un impresionante par máximo de 1.200 NM, sólo superado por los Bugatti Veyron y Chiron.
El Black Series más reciente es el desaparecido SLS AMG Coupé Black Series, descendiente del SLS GT3 de competición, que con una potencia de 622 CV y un espectacular motor 6.2 V8 atmosférico ha conseguido situarse como el AMG más rápido de la historia, al menos hasta el momento.
Poco a poco irán llegando al mercado más integrantes de esta ilustre familia, ya que Mercedes-AMG tiene casi listo el C63 Coupé Black Series, que superará los 500 CV de potencia gracias a una versión más prestacional del 4.0 V8 Biturbo que equipan la mayoría de los AMG que se comercializan en la actualidad.