El laberinto legal y económico en el que está inmerso Volkswagen en EEUU le ha supuesto un enorme desgaste tanto de imagen como a nivel de cartera, todo ello provocado por el escándalo de las emisiones contaminantes de los motores TDI, que ha afectado a millones de motores de las marcas del grupo en todo el mundo.
En EEUU la situación es, posiblemente, la más difícil para la marca en este tema. El escenario es demasiado difícil y complejo, ya que Volkswagen se ve expuesta a una pérdida brutal de reputación, enfrentándose también a unas multas millonarias y a unas indemnizaciones muy abultadas.
Es por ello que desde Volkswagen han tomado la drástica decisión de abandonar de forma definitiva la tecnología diésel al otro lado del charco. Hasta el momento eran varios los modelos de Volkswagen que ofrecían esta tecnología, como Golf, Jetta o Passat. Audi también ha ofrecido motores diésel en los últimos años en modelos como A6 o la anterior generación de Q7.
A día de hoy Volkswagen cuenta con unas provisiones multimillonarias para EEUU, unas provisiones que tendrá que utilizar para pagar las cuantiosas multas y sanciones que la administración impondrá al grupo empresarial. Este dinero se empleará también en las indemnizaciones de los clientes, que podrán optar por la recompra de sus vehículos por parte de Volkswagen.
Pese a que hace pocas semanas desde Volkswagen se afirmaba que la marca no estaba preparada aún para abandonar el diésel en EEUU, parece que la situación se ha vuelto completamente insostenible, sobre todo a nivel económico, por lo que Volkswagen ha decidido dejar de comercializar motores TDI en EEUU.
Sólo Audi parece que sigue interesada en ofrecer esta tecnología a los conductores norteamericanos, ya que previsiblemente el Q7 recibirá a partir del año que viene la motorización 3.0 TDI con el fin de completar una gama que hasta ahora sólo está compuesta por el 3.0 TFSI de gasolina, a expensas de la llegada del pequeño 2.0 TFSI de 252 CV, prevista para diciembre.
De esta forma Volkswagen se centrará, también en EEUU, en la tecnología eléctrica, algo que ya adelantó hace unos días cuando presentó su programa TRANSFORM 2025+, con el que el vehículo eléctrico comenzará a sumar peso e importancia en la estrategia comercial a largo plazo del gigante alemán.