Durante el pasado Salón de Los Ángeles 2016, Mazda presentó la nueva generación del Mazda CX-5, una versión para 2017 que representa la nueva filosofía de diseño KODO de la marca japonesa, un lenguaje de diseño más sólido y maduro. En esa puesta en escena en Los Ángeles Mazda nos reveló una importante y reseñable novedad del CX-5: Mazda introducirá en el mercado estadounidense una versión diésel de su renovado crossover. Una decisión extraña en los tiempos revueltos que vive el diésel tras el escándalo de las emisiones del Grupo Volkswagen destapado en el país.
El motor elegido para el Mazda CX-5 es el Skyactiv-D 2.2, del que por ahora no sabemos las especificaciones para el SUV, pero sí que la marca anuncia que será de los mejores motores diésel de su categoría, incorporando el sistema que reduce el característico ruido de los motores diésel.
Mazda apostará por dos grandes cualidades: un buen rendimiento y un bajo consumo. La marca de Hiroshima pretende que el mercado tenga una buena acogida de este motor proponiéndolo como una sabia elección. Sin embargo no será fácil en un mercado que siente animadversión por este tipo de mecánicas, ni más después de todo lo sucedido con el escándalo del Grupo Volkswagen.
Estamos por tanto ante el primer motor diésel que comercializa Mazda en Estados Unidos en su historia, motor que llegará al país en la segunda mitad de 2017. Aunque no parezca el mejor momento para comercializar este propulsor en Mazda están muy seguros de sí mismos. Así lo ha señalado el máximo responsable de Mazda Europa y América, Jeff Guyton, que asegura que para ellos será la mejor diferenciación posible en el mercado, y que no temen las repercusiones del “Dieselgate”, pues creen que este escándalo de las emisiones de los motores diésel solo afecta a las marcas implicadas en el caso, es decir, Audi y Volkswagen.
Por el momento no queda otra que esperar a ver cómo se desarrolla la puesta de largo comercial de esta versión diésel en el mercado americano. Los precedentes para Mazda en este tipo de incursiones son buenos, pues ya consiguió una buena cuota de venta cuando se decidió a vender motores diésel en el mercado japonés con la anterior generación del Mazda CX-5, otro mercado que repudia este tipo de combustible.