Corría el año 1986 cuando Citroën presentaba en el Salón de París el AX, un vehículo absolutamente rompedor para la época, con un cometido extremadamente complicado: sustituir con garantías al ya inmortal 2CV, ya ampliamente superado por sus rivales tras varias décadas a la venta.
La situación económica a nivel mundial era complicada, con una crisis del petróleo galopante que hizo encarecer el barril de Brent hasta un 270%. Los precios de los carburantes sufrieron subidas escandalosas, y los clientes comenzaron a fijarse en los consumos y en la economía de uso de los vehículos.
El AX nació con el propósito de ofrecer un vehículo urbano perfectamente capaz de asumir además viajes por carretera, manteniendo los costes tanto de uso como de mantenimiento lo más bajos posible. Para ello apostó, en su desarrollo, por invertir grandes cantidades de dinero en hacer del AX uno de los modelos más aerodinámicos de la época, con un Cx de 0.31.
Otro de los factores que ayudaron a mantener los consumos a raya fue el peso del vehículo. El AX pesaba, en sus versiones básicas, apenas 640 kg, y no superaba los 700 kilogramos ni siquiera en las versiones más potentes y equipadas. El diseño compacto de la carrocería contrastaba con el interior, extremadamente amplio para sus dimensiones exteriores, con un maletero de 270 litros y capacidad para 5 personas.
El pequeño utilitario francés fue Coche del Año en España en 1988, ratificando así un éxito de ventas arrollador. Gracias entre otros a este modelo, Citroën alcanzó el 7.6% de cuota de mercado en el año 1988. Todo en el AX era nuevo, desde el diseño hasta los motores, estrenando la familia de propulsores TU, conocidos por su robustez y rendimiento y utilizados por PSA durante décadas.
812.951 Citroën AX fueron construidos en la factoría de PSA de Vigo, por lo que el AX es también un producto "Made in Spain". El AX fue pionero en la movilidad eléctrica, presentando en 1993 la versión AX Electrique, alimentada por baterías de Níquel y Cadmio.
Recordadas -y valoradas incluso a día de hoy- son también sus versiones deportivas, el AX GT y el AX Sport, que combinaban la ligereza con mecánicas que rondaban los 100 CV, dando como resultados ratoneros vehículos con unas prestaciones sorprendentes tanto para la época como para el segmento.