Los temporales, esos fenómenos meteorológicos extremos, disfrutan de su apogeo en esta época del año. Sirvan como ejemplo las lluvias torrenciales que han asolado la provincia de Málaga hace unos días y, más recientemente, las brutales precipitaciones que han afectado a Murcia.
Cuando uno se pone al volante y sabe que va a atravesar una zona complicada ha de tener la precaución de llevar consigo una serie de elementos que pueden resultar de vital importancia a la hora de una situación de emergencia, manteniendo, por supuesto, el vehículo en el mejor estado posible.
Para empezar, y más en esta época del año si nuestro vehículo no monta neumáticos de invierno, conviene cargar en el maletero un juego de cadenas, asegurándonos de que sabemos cómo montarlas y que encajan con la medida de nuestros neumáticos. No sobra tampoco la ropa de abrigo por si tenemos que permanecer un tiempo en el interior del vehículo atrapados o en el exterior montando cadenas o solucionando algún problema relativo al vehículo.
Conviene que la batería de nuestro móvil tenga la mayor carga posible, y, de forma preventiva, llevar un cargador con cable para el coche, así como una batería portátil para posible eventualidades. Si llevamos el "depósito" de nuestro móvil lleno, ¿por qué no el del coche? Es recomendable que el depósito de nuestro vehículo contenga la mayor cantidad de combustible con el fin de disponer de calefacción y energía suficientes en caso de emergencia.
Si sufrimos un accidente o avería, la señalización es primordial, tanto del vehículo como de nosotros mismos, algo que cobra aún más importancia en caso de temporal o circunstancia meteorológica adversa, donde la visibilidad puede verse reducida poniendo en peligro tanto nuestra propia seguridad como la de otros conductores. Por lo tanto, conviene asegurarse de que llevamos chalecos reflectantes y triángulos de emergencia en el coche.
Hablando de visibilidad, un rascador o herramienta para eliminar el hielo de los cristales puede sernos de gran utilidad, ya que la calefacción puede tardar demasiado tiempo en deshacer la superficie helada generada sobre los cristales. No está de más también llevar en el coche algo de comida, sobre todo gominolas o frutos secos, que pueden proveernos de energía en un caso extremo.