El Audi Q5 ha estrenado hace unas semanas su segunda generación tras una primera edición muy exitosa en cuanto a ventas. El Q5 se ha convertido en uno de los productos más competitivos de la marca de los cuatro aros, ya que mantiene el empaque de los grandes Audi sin necesidad de convivir con el enorme volumen de su hermano mayor, el Q7.
Ahora, con la renovación del Q5, se da un gran paso adelante en cuanto a modernidad, manteniendo el diseño y el espíritu de su predecesor. Exteriormente, pese a ser completamente nuevo, es realmente similar a su antecesor, aunque en el interior los cambios sí son más evidentes, siguiendo con la tendencia de minimalismo de las nuevas creaciones de la firma de los cuatro aros.
El Q5 fue el primer modelo de la familia Q en contar con una variante de corte deportivo. Denominada SQ5, esta versión ofrecía un gran compromiso entre dinamismo y comodidad. En Europa esta versión llegó aderezada con un motor diésel 3.0 TDI con más de 300 CV, mientras que en otras regiones como EEUU era el motor del anterior S4, un 3.0 TFSI con compresor, el encargado de propulsar al SUV.
En plena crisis del diésel, los chicos de Audi han decidido apostar por la gasolina a nivel global, utilizando el nuevo motor 3.0 TFSI V6 que estrenaron hace unos meses los nuevos S4 y S5. Este motor es completamente nuevo, y, entre otras novedades, sustituye el anterior compresor volumétrico por un turbo.
Este motor ofrece 354 CV y 500 NM, está acoplado a una transmisión Tiptronic de 8 velocidades que transmite la potencia al suelo a través de un sistema de tracción total permanente quattro, y es capaz de acelerar de 0 a 100 m/h en 5.4 segundos. Pese a cambiar el diésel por la gasolina, los consumos y las emisiones son muy similares, con un consumo medio de 8.3 litros/100 km y unas emisiones de CO2 de 189 gr/km.
En términos de diseño, el nuevo SQ5 se distingue de sus hermanos de gama gracias a unos paragolpes más agresivos, las llantas de aleación que de serie alcanzan las 20" de diámetro, o las cuatro salidas de escape cuadrangulares integradas a la perfección en el difusor trasero.
En el interior, los cambios atañen sobre todo a los asientos, con un contorno más marcado, las molduras, que pueden ser de fibra de carbono, el volante y el pomo de la palanca de cambios. Por lo demás, el SQ5 sigue manteniendo el alto grado de calidad en el habitáculo del resto de sus hermanos.