Punto y final a uno de los superdeportivos estadounidense más afamados junto al Saleen S7 o el Dodge Viper. El popular preparado norteamericano Hennessey anunciaba esta misma semana el punto y final a la producción del Venom GT, el que ha sido su modelo franquicia desde 2010. Se despide de él a lo grande, tal y como ya hizo Bugatti con el Veyron; con una versión final aún más exclusiva.
Del pequeño taller texano de Hennessey Performance han salido apenas una docena de unidades del Venom GT (los seis primeros en versión primeros en versión hardtop y los seis siguientes roadster), la última será aún más especial. La Final Edition cuenta con 1.471 CV de potencia salidos del potente propulsor 7.0 V8 biturbo con el que ya contaban sus predecesores y un acabado espectacular, ‘Azul Glaciar’ para darle una estética única al último ultradeportivo firmado con este característico nombre que saldrá de la línea de producción.
Ha sido el propio John Hennessey, fundador y actualmente la cabeza visible del preparador norteamericano, el que ha anunciado que la 13ª unidad del Venom GT (nada supersticiosos) tiene un valor de 1,2 millones de dólares, una cifra que ya ha sido desembolsada por el cliente que se ha hecho con un vehículo único. La última versión del deportivo que consiguió superar los 435 km/h, convirtiéndose durante unas semanas en el coche de producción más rápido del planeta.
Si no eres el afortunado poseedor de ese coche de más de un millón de dólares te quedará el consuelo de que en la factoría de Hennessey ya se está trabajando en el sucesor del Venom GT, denominado como Venom F5 y que contará con un motor V8 sobrealimentado que llevará aún más lejos la carrera por ser el coche de serie más veloz, en teoría por encima de los 467 km/h.
Por el momento, el Venom puede seguir presumiendo de ser el descapotable más rápido del planeta después de superar al Bugatti Veyron Grand Sport Vitesse en marzo de 2016.