Skoda quiere explotar su particular gallina de los huevos de oro, que en el caso de la firma checa es su recién estrenado Kodiaq, el primer SUV de la marca con capacidad para 7 personas. El SUV construido sobre la plataforma modular MQB estrena ahora una versión centrada en el plano estético.
El Kodiaq cuenta ya con una variante normal y otra con un enfoque más aventurero, la versión Scout, que ofrece un mayor compromiso entre una utilización diaria y una más campera, con una suspensión sobreelevada y una decoración exterior que lo hace más apto a las excursiones fuera del asfalto.
Ahora es el turno de la versión Sportline, una variante que, tras anunciarse hace unas semanas, se ha desvelado ya de forma oficial, disfrutando de un aspecto muy atractivo, con detalles, si bien son bastante sutiles, lo diferencian de un Kodiaq normal cuando fijamos la vista.
La parte inferior de frontal es diferente, está rematada con unos apéndices de plástico que tienen su réplica en la parte trasera, donde el paragolpes tiene integrada una moldura en color plata satinada que simula la presencia de las salidas de escape, una técnica cada día más común entre los fabricantes.
Las molduras que en un Kodiaq normal serían plateadas, como el reborde de la parrilla, los marcos de la ventanilla o las barras del techo, van rematadas en color negro brillante, lo que unido a unas llantas de aleación de 19" y diseño exclusivo, hacen del Kodiaq Sportline un SUV con un aire más deportivo de lo normal.
Mecánicamente el Kodiaq Sportline "imita" la gama del Kodiaq Scout, ya que sólo se comercializará con tracción integral. La oferta de motores será también idéntica, con un 1.4 TSI de 150 CV y un 2.0 TSI de 180 CV en gasolina y el 2.0 TDI en dos niveles de potencia (150 y 190 CV) para la oferta diésel.