Es difícil crear una versión más extrema del Chevrolet Corvette más allá que la que lleva a la producción la firma estadounidense en cada generación. El deportivo norteamericano por excelencia ha mantenido su carácter invariable con el paso del tiempo y de las distintas versiones, y muy pocos se han atrevido a realizar algún tipo de versión alternativa del mismo temiendo caer en el más humillante de los ridículos.
Sin embargo, el preparador estadounidense Callaway es uno de los pocos que tiene permiso para hacerlo. Su carta de presentación nos ha dejado durante la última década algunas de las preparaciones más extremas del Corvette, todas ellas sin variar la filosofía del coupé americano, e incluso se ha atrevido a realizar sus propias versiones de competición como demuestra el C7 GT3-R presentado en 2015.
En esta ocasión Callaway ha ido un paso más allá. Corría el año 2013 cuando Reeves y Pete Callaway anunciaban que estaban estudiando la creación de un kit para transformar el Chevrolet Corvette C7 en un Shooting Break, o lo que es lo mismo, pasar de un deportivo tres puertas a un coupé con trasera break en la que no se perdería las principales líneas y con la luneta trasera prácticamente vertical. Es precisamente por esto último que se adopta el sobrenombre, break, rotura, por la forma en que las líneas sufren un cambio radical sin transición. En cuanto al termino británico Shooting Break, se utilizaba por las clases elitistas para explicar que en él se podían llevar todos los aparejos de caza, como escopetas o demás equipamiento para los perros y el cazador.
El proyecto, denominado AeroWagen, estaba programado para llegar a la producción a finales de 2016, sin embargo, no ha sido hasta este mes de febrero que se han visto las primeras imágenes del modelo definitivo, en el que nos encontramos fielmente las recreaciones virtuales que se presentaron hace casi cuatro años. Una especie de homenaje a las populares ‘breadvan’ que tuvieron marcas como Chevrolet y Ferrari en el Siglo XX, entre ellos el antepasado de este Corvette C7 AeroWagen, el C3.
A pesar de que el propio Pete Callaway ha mostrado las primeras imágenes del AeroWagen a través de su cuenta oficial de Facebook, todavía no hay fecha definida para su llegada al mercado, así como su precio final. Los datos del kit apuntan a que se trata de una única pieza de fibra de carbono que se acopla a la carrocería original y que no afecta al techo tipo targa del Corvette C7. No hay cambios en cuanto al rendimiento, ni tampoco se añaden nuevas plazas traseras, únicamente es un cambio exterior que aportará un mayor volumen de carga y una estética distinta. Además, siempre puedes arrepentirte y volver a colocar el techo original.
Aun así, Callaway está trabajando en una versión específica, preparada por ellos, que se podría comprar lista para rodar, la cual sí podría tener ciertas modificaciones en cuanto a rendimiento. Por el momento, se dice que el kit podría rondar los 15.000 dólares, algo más de 14.000 euros, tal vez un Shooting Break demasiado caro si a ello hay que sumar los 80.000 euros que cuesta el Corvette C7 Stingray. La exclusividad se paga.