El CR-V es, sin duda, uno de los modelos más importantes de la gama de Honda. Conscientes del valor de este vehículo, desde la firma japonesa celebran estos días los 20 años de ventas en Europa del CR-V desde el lanzamiento de su primera generación, que fue lanzada en Japón dos años antes, en 1995.
Un SUV es a día de hoy un tesoro para cualquier firma de automóviles. Gracias al éxito, un fabricante se asegura una buena cifra de ventas con este género, que atrae a grandes y pequeños, mujeres y hombres, familias e independientes, gracias a la polivalencia e imagen que ofrecen.
La primera generación del CR-V se lanzó en el mercado europeo en 1997, y desde entonces no ha parado de cosechar ventas y éxitos. Y es que Honda fue de las primeras marcas en apostar por este tipo de vehículos junto con Toyota, que lanzó el RAV4 en el año 1996.
Desde entonces, el CR-V ha superado los 7 millones de unidades vendidas a nivel mundial, alcanzando los 750.000 CR-V comercializados en nuestro continente. El CR-V de aquella época poco tiene que ver con el que se vende ahora, que ya corresponde a la cuarta generación.
El CR-V se ha convertido en uno de los exponentes tecnológicos de la marca, que ofrece en el CR-V todo su buen hacer. El CR-V de tercera generación ya equipaba, allá por 2007, sistemas como un programador de velocidad activo o un sistema de protección pre-colisión con un radar colocado en el frontal.
La actual generación se lanzó en 2012, aunque fue renovada en profundidad en 2015. Ha sido, de hecho, el Honda más vendido el año pasado en nuestro país. Destaca su diseño robusto, combinado con elementos como un motor diésel biturbo de 160 CV, una caja de cambios automática de 9 velocidades o el sistema de prevención de accidentes Honda Sensing.